Un estudio realizado por el doctor Fernando Ibáñez, investigador del departamento de Biología Molecular de la Universidad Nacional de Río Cuarto, reveló que hay bacterias beneficiosas para la planta de maní con capacidad para promover el crecimiento y optimizar la producción. El descubrimiento consiste en la existencia de microorganismos capaces de promover el crecimiento de las plantas de maní cuando son inoculadas, habilitando una mejora en la producción y un desarrollo más rápido sin la necesidad de utilizar fertilizantes nitrogenados que ocasionan contaminación ambiental y desbalances nutricionales en los suelos.
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Argentina es el segundo exportador mundial de maní, después de China, y abastece a distintos países de la comunidad europea. Es por eso que los aportes de estos nuevos avances son muy valiosos, ya que en el centro sur de la provincia de Córdoba se genera el 87% de la producción nacional, dando lugar a una economía regional de suma importancia.
Debido a esta posibilidad en el mercado internacional, el cultivo del maní se va extendiendo y desplazando hacia el sur de la provincia, en zonas menos aptas para su cultivo, por lo que se torna imprescindible trabajar en la optimización del rendimiento de la leguminosa. Ibáñez dijo que frecuentemente en estas zonas el nitrógeno -un nutriente esencial para el desarrollo de los cultivos- no se encuentra en cantidades suficientes, limitando la producción agrícola y por eso “muchas veces se recurre al uso de fertilizantes nitrogenados, que ocasionan problemas como la contaminación ambiental y desbalances nutricionales en los suelos”.
Ibáñez subrayó que el maní, cuyo nombre científico es Arachis hypogaea L., es capaz de establecer una asociación simbiótica fijadora de nitrógeno con bacterias conocidas como rizobios que habitan en el suelo. En esta asociación, los vegetales se benefician porque los rizobios transforman el nitrógeno atmosférico en formas que la planta puede utilizar para su crecimiento. “En el marco de una agricultura saludable para el medio ambiente, la fijación de nitrógeno que llevan a cabo los rizobios es fundamental porque reduce la necesidad de aplicación de fertilizantes nitrogenados y, por lo tanto, disminuyen también los problemas que esto trae aparejado”, explicó el científico a InfoUniversidades, y agregó que “para que el desarrollo de la asociación rizobio-leguminosa sea óptimo, es importante que las bacterias que se utilicen como inoculante estén adaptadas a las condiciones ecológicas (climáticas y de suelo) en las que van a estar”.
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Con el fin de conocer la diversidad de rizobios capaces de nodular maní en la zona manisera de Córdoba, se obtuvo una colección de éstos a partir de plantas cultivadas en la provincia, descubriendo que hay bacterias que poseen capacidad para promover el crecimiento de las plantas de maní cuando son inoculadas. Estos resultados abren la puerta para profundizar el estudio de estos microorganismos, con el fin de generar inoculantes para maní promotores del crecimiento vegetal y que contribuyan a mejorar el rendimiento evitando la utilización de fertilizantes.