La Leishmaniasis visceral es considerada la forma más severa de las enfermedades causadas por Leishmania. Representa una endemia que tiene a los perros como hospederos y agentes involucrados en la transmisión a los humanos. No existe tratamiento para curar a los animales, que deben ser sacrificados. El uso de las drogas empleadas para tratar la enfermedad en humanos está prohibido en animales, dado que los parásitos podrían generar resistencia y, si ello ocurriera, no habría tratamiento para los primeros.
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En ese sentido, desde la Universidad Nacional del Nordeste se inició una investigación para la evaluación experimental de drogas terapéuticas en animales. Del proyecto participan profesionales de las facultades de Veterinaria y del Centro Nacional de Parasitología y Enfermedades Tropicales (CENPETROP). “Es un proyecto innovador en una temática necesaria como es la búsqueda de tratamientos de la leishmaniasis para los animales” explicó el médico veterinario Alexis Burna, integrante de la investigación.
El especialista señaló a Argentina Investiga que la enfermedad es una parasitosis transmitida en América del sur por el díptero flebotomíneo lutzomyia longipalpis. El perro es reservorio de la enfermedad, y al ser picado por el insecto, el animal puede transmitirla a otros animales o a los humanos. Las manifestaciones clínicas de la enfermedad se caracterizan por la inflamación grave del hígado y del bazo, acompañada por distención abdominal severa, pérdida de condición corporal, desnutrición y anemia.
Como primera etapa de la investigación, se trabaja en la utilización de hámsters como modelo biológico experimental, que reproduzca la enfermedad con cierta similitud a lo que ocurre en los perros. “La inmunidad del hámster es similar a los caninos y, según la primeras observaciones, sería de utilidad para experimentar el uso de drogas veterinarias para tratar la leishmaniasis visceral en animales” explicó el profesional.
Aclaró que recién se está en una fase inicial, y si bien no pueden garantizarse resultados favorables en la identificación de drogas para la cura en caninos, trabajar en este proyecto ya es una muestra del compromiso de abordar la problemática en la Universidad.
El especialista explicó que el avance de esta enfermedad zoonótica hace necesario encontrar vías de tratamiento para los animales afectados, aunque aclaró que desde la Universidad se reafirma que no corresponde usar las drogas empleadas en humanos para los caninos. “Justamente, este proyecto surge para identificar posibles drogas exclusivas para animales y así evitar intenciones del uso de los fármacos ‘humanos’ en los animales”.
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Sobre el uso del hámster como modelo experimental, comentó que las primeras conclusiones de los estudios permiten demostrar que se logró reproducir la infestación con leishmaniasis visceral en los hámsters.