Solandra maxima es una planta pariente del tabaco y del tomate. Sus vistosas flores están abiertas y se las puede apreciar en el parque de la FAUBA. Foto: A. López-Carretero.
En los días de invierno en que las flores no abundan en Buenos Aires, en la Facultad de Agronomía de la UBA (FAUBA), un pulmón verde en medio de la ciudad, floreció una planta que llamó la atención de alumnos, docentes y hasta de vecinos que usan ese espacio con fines recreativos. Se trata de solandra maxima, dueña de las flores muy vistosas, que se abrieron en el cerco perimetral del estacionamiento del Pabellón de Agronegocios. Esta planta pertenece a la familia de las solanáceas, lo que la hace pariente de la papa, el tomate y el tabaco, entre otras. Es endémica de Centroamérica hasta el sur de México. Sus nombres vulgares (trompetero gigante, trompetas, copa de oro, copa dorada) hacen referencia al aspecto vistoso de las flores.
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Solandra posee una flor grande, robusta, de color claro y con abundante néctar. Este es el aspecto típico de una especie quiropterófila, es decir, polinizada por murciélagos que se alimentan de néctar. Sin embargo, en nuestra templada Buenos Aires no existen murciélagos con estos hábitos alimentarios, ya que la quiropterofilia ocurre en regiones tropicales y subtropicales del mundo. En consecuencia, no podremos verlos visitar las ‘trompetas’. Más al norte en Argentina, en las yungas y en la selva misionera, sí hay plantas a las que visitan los murciélagos, como Nicotiana otophora, Cleome viridiflora y Abutilon niveum, entre otras.
Norberto Montaldo, docente de la cátedra de Botánica General de la FAUBA, identificó inicialmente las flores de solandra para esta nota y afirmó que en el Jardín Botánico “Lucien Hauman” (FAUBA) existen otras dos plantas que probablemente sean polinizadas por murciélagos en sus zonas de origen: el floripón (Brugmansia arborea) y la pomarrosa (Syzygium jambos). Además, agregó que los murciélagos también polinizan árboles del género ceiba como el palo borracho rosado o samohú (C. speciosa) y el palo borracho blanco o yuchán (C. chodatii). Ambas especies se encuentran en el predio de la facultad y en sus alrededores.
Por su parte, Antonio López-Carretero, becario posdoctoral de CONICET, refiere que otro aspecto interesante del trompetero gigante es que, como muchas especies de esta familia de plantas, posee sustancias alcaloides alucinógenas. Por esta razón, varias etnias —los huicholes de Jalisco, México, por ejemplo— la usan desde la antigüedad en sus ceremonias religiosas. En el México colonial, incluso, era común añadir sus flores a bebidas a base de cacao para amplificar sus efectos.
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Adriana Bartoli, profesora de la cátedra de Botánica Sistemática, comentó que en la FAUBA hay un segundo ejemplar de trompetero, plantado detrás del Pabellón Central, y que también merece ser visitado para apreciar sus numerosas flores. Ambos ejemplares fueron donados en la década del noventa por Norma Ordóñez, miembro de la Sociedad Argentina de Horticultura (SAHO). En ese entonces, la SAHO asesoró a nuestra facultad en la creación del Rosedal, y también donó ejemplares. Este es un ejemplo de la rica historia de nuestra casa, que se ve plasmada, entre otras cosas, en la diversidad y la belleza de las plantas de su parque.
Solandra maxima es una planta polinizada por murciélagos que se alimentan de su néctar. Foto: A. López-Carretero.