Los episodios violentos se dan por la falta de conocimiento.
El fenómeno de la violencia en el ámbito escolar fue el objetivo de esta investigación de docentes de la facultad de Ciencias Económicas de la UNLP. Se realizaron entrevistas a docentes, autoridades e inspectores, y observaciones a grupos focales de estudiantes, actores determinantes de la comunidad educativa.
> Leer también: Violencia en la escuela.
El concepto de violencia en sentido amplio no se circunscribe sólo a los hechos de agresión física, sino que incluye también violencia verbal y psicológica, ya que en muchos casos “los alumnos justifican comportamientos violentos enmarcados en términos de ‘cargadas’, o no consideran que la discriminación sea violencia”, explicó a InfoUniversidades el licenciado Enrique Fernández Conti, uno de los docentes a cargo del proyecto.
De acuerdo con las conclusiones del trabajo, la mayoría de las veces los episodios se dan por desconocimiento. Es por eso que el trabajo pretende diferenciar entre “violencia escolar” y “en la escuela”, y poner de manifiesto que la institución en sí no encierra elementos que generen violencia. “Los conflictos que se ven en algunas aulas no son, ni más ni menos, que el reflejo de lo que se ve a diario en buena parte de la sociedad”, argumentó el profesor.
Esta investigación será expuesta ante la secretaría de Ciencia y Técnica y otras instituciones involucradas en los procesos de enseñanza. Además, los docentes a cargo darán charlas con el propósito de entregar una devolución a la comunidad educativa y determinar los siguientes pasos en la búsqueda de una política integral entre directivos, docentes y padres, ya que en muchos casos son estos últimos los protagonistas de episodios violentos.
Según adelantaron los responsables del trabajo, del relevamiento se vislumbran tres conclusiones generales: • Uno de los datos reflejados es que esta problemática no se relaciona con el contexto social de los estudiantes, sino que es un fenómeno que aparece en escuelas de todos los estratos sociales. “No hay una asociación directa que pueda resultar significativa y relevante entre violencia y origen socio económico; lo único que se puede evaluar utilizando ese parámetro es que en las escuelas situadas en barrios más humildes, muchas veces los chicos son indisciplinados y cuando, según nuestra perspectiva, está actuando violentamente, para ellos simplemente están ‘jugando’”. Explicó Fernández Conti.
• “Si bien la cantidad de casos relevantes no constituye un número significativo, los hechos de violencia en las escuelas se incrementaron en los últimos años, y esto denota la necesidad de reflexionar en torno a esta situación y buscar posibles caminos viables y efectivos” agregó el docente.
• Además, agregó que hay algunas conclusiones evidentes, como la distorsión del concepto de autoridad, ya sea en el entorno escolar como en el familiar. “Hoy en día los alumnos y muchas veces los padres se enfrentan a los docentes; estos actos nos marcan la necesidad de redefinir cuáles son los parámetros de la autoridad, ya que los docentes no tienen los instrumentos para aplicarla porque a la vez tienen que contener a los chicos”, contó el investigador. De aquí se desprende la necesidad de revertir la desvaloración actual de la figura de los docentes, y establecer el cambio en las prácticas de las relaciones sociales, como un hecho a través del cual hay que buscar un nuevo paradigma.
> Leer también: Alumnos de Ingeniería concursaron, ganaron y viajaron.
A partir de los elementos subyacentes, se pretende plantear un camino a seguir para abordar la problemática de la violencia en forma general y buscar posibles soluciones: “Los docentes pueden hacer mucho, pero no hay recetas infalibles y las estrategias requieren de un diagnóstico preciso. Es por eso que este trabajo más que propuestas sugiere reflexiones en torno a esta temática. La escuela no escapa a la realidad actual y a la vez significa un espacio importante, porque es un área en la que se deberían establecer las herramientas, condiciones y pautas para generar climas propicios de armonía, entendimiento, aceptación y solidaridad.