La primera planta potabilizadora se montó en la Escuela Dr. Juan C. Navarro, El Encón, 25 de Mayo, San Juan.
Investigadores del Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería a fines de 2004 llevaron a cabo en una escuela de la localidad rural del El Encón, en el departamento 25 de Mayo de la provincia de San Juan, una experiencia de desarrollo tecnológico que proponía resolver el problema de la contaminación del agua y que ya había superado con éxito todas las pruebas de laboratorio: una planta para el tratamiento continuo de aguas para consumo humano contaminadas con arsénico.
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El resultado confirmó los logros alcanzados en los ensayos de laboratorio: el porcentaje de arsénico eliminado fue superior al 90%, a pesar de haber sido operado el sistema por personas sin conocimientos técnicos. Con igual consecuencia, los investigadores montaron un segundo prototipo en el albergue de la misma escuela. En ese caso la planta tuvo una capacidad de purificación de 60 litros por hora (la primera purificaba 6 litros por hora). Los resultados fueron tan satisfactorios que el proyecto fue seleccionado para la Exposición INNOVAR 2006, en el marco del 2° Concurso Nacional de Innovaciones, organizado por la entonces Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, conjuntamente con el Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Educación Tecnológica.
Durante el último año, el equipo de trabajo liderado por Roberto Cáceres puso una vez más a prueba el comportamiento del procedimiento, pero esta vez con aguas de otros orígenes. Las prácticas se llevaron a cabo en los laboratorios del Instituto de Ingeniería Química, con una planta que operó a un caudal de 6 litros por hora. Los resultados volvieron a ser los esperados: en todos los casos se redujeron los valores de arsénico, dejando el agua apta para el consumo humano.
En la actualidad, habiendo superado la etapa de validación experimental y decididos a poner su trabajo al servicio de la gente que más lo necesita, los investigadores ultiman los detalles de un convenio con el Ministerio de Salud de la Nación, que permitirá la instalación de cuatro plantas potabilizadoras en el Departamento Lavalle, provincia de Mendoza, con una capacidad de producción de 50 a 60 litros por hora. Dos plantas estarán emplazadas en la localidad San José y las restantes en Laguna del Rosario, un territorio habitado por laguneros de la comunidad Huarpe de San Juan y Mendoza que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad social.
Las plantas de tratamiento
Las plantas para el tratamiento continuo de aguas para consumo humano contaminadas con arsénico, desarrolladas en la UNSJ, funcionan a base de hipoclorito (lavandina) y hierro. El mecanismo de purificación es muy sencillo: el agua es clorada inicialmente, lo que provoca la oxidación del arsénico presente, luego pasa por un conducto que contiene viruta de hierro, donde se genera el agente de separación del arsénico, pasando, finalmente, por un filtro de tela o de arena para la clarificación definitiva. El arsénico queda retenido bajo la forma de grumo o “barro liviano”.
El procedimiento para el abatimiento de arsénico se desarrolló siguiendo una metodología estricta que incluyó estudios termodinámicos, cinéticos y desarrollo de modelos matemáticos. Los investigadores debieron tener presente que el prototipo debía tener bajo costo, no emplear energía eléctrica, ser operable por personas no técnicas, que utilizara insumos fáciles de obtener y que no generara residuos que pudieran representar un problema medioambiental en el futuro.
“Resolverá un grave problema”
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“El sistema ideado por la UNSJ resuelve un problema enorme de costos, pero lo más importante es que toda la gente de la zona podrá tomar agua en buenas condiciones”, aseguró el profesor Pablo Términi, director de Ambiente del Municipio mendocino de Lavalle. El funcionario, quien admitió que en los poblados de Laguna del Rosario y San José, como en otras localidades rurales de la zona, hay gente con problemas de salud por consumir agua con arsénico, anunció que si la experiencia marcha de acuerdo a lo esperado “hay muchas posibilidades” de extender el sistema a otros asentamientos situados campo adentro, en la reserva natural Telteca. El proyecto genera grandes expectativas en las autoridades; según Términi, el municipio gasta más de 10 mil pesos mensuales en llevar agua potable a las escuelas y puestos de cabras de la región, próxima al límite con San Juan.