Estudios recientes muestran que las tasas de mortalidad por cáncer en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos están entre las más elevadas del país y superan la media nacional. Estos resultados surgen de una investigación realizada por la Red Interuniversitaria en Ambiente y Salud de la Región Centro (REDINASCE) cuyo objetivo es evaluar las posibles asociaciones entre la mortalidad por cáncer total y cánceres específicos, y variables ambientales como el uso de la tierra y la calidad del agua de consumo.
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Desde el punto de vista ambiental, existen dos posibles escenarios en la zona que podrían explicar esta situación. El primero está relacionado con la actividad económica vinculada al uso de la tierra, los cultivos y la utilización de agroquímicos y, el segundo, con la calidad de agua de consumo de sus habitantes, según explica a Argentina Investiga el doctor Alejandro Oliva.
La región se caracteriza por su intensa actividad agrícola e industrial, dado que participa con altos porcentajes de la producción nacional. Desde la década del ‘60 se aplican mejoras en las condiciones de cultivos que llevaron a una expansión de las superficies y un incremento progresivo y acumulativo de diferentes agroquímicos históricos y emergentes como los organoclorados, los organofosforados, los fertilizantes nitrogenados y el glifosato.
La presencia de estos compuestos en poblaciones de zonas rurales no sólo se produce por la ingestión a través de los alimentos, sino también por la actividad agrícola, las prácticas de higiene, los modos de alimentación, el tiempo en contacto con el suelo y los parámetros demográficos. Cabe destacar que la Argentina ocupa el cuarto lugar en el uso de fitosanitarios en el mundo, y es en el área pampeana donde se encontraron indicadores de exposición mayores que en otras regiones del país.
En cuanto a la calidad del agua de consumo, se encontró alta concentración de arsénico, calificado como cancerígeno para los seres humanos por parte de la Organización Mundial de la Salud. En la Argentina se registraron aproximadamente cuatro millones de habitantes expuestos a niveles elevados de este compuesto y es la población más grande de América Latina.
En la última década también irrumpió en la región la crianza intensiva de animales que introduce en el ambiente los nitratos, producto de la orina animal, que van a las aguas subterráneas. Pero a diferencia de lo que ocurre con el arsénico, la contaminación natural de los suelos con nitrato es menor. Además de la mortalidad por cáncer, el equipo de investigadores analizó las anomalías congénitas, con resultados similares.
Según explica el doctor Alejandro Oliva se trata de estudios ecoepidemiológicos que se utilizan para evaluar la relación entre factores ambientales y enfermedades. “Son análisis exploratorios poblacionales que, sin ser indicativos de causalidad, son útiles para determinar asociaciones entre diferentes variables y problemas de salud de una población, lo cual permite abrir hipótesis a explorar”.
Otras condiciones asociadas a estas mortalidades son sociodemográficas, como las variables de pobreza crónica y de nivel de educación alcanzado, mostrando que a mayor pobreza y menor nivel de educación, existe mayor mortalidad de ambas patologías.
Nuevas investigaciones
La Red Interuniversitaria en Ambiente y Salud de la Región Centro fue creada en octubre del 2016, a través de un Convenio entre los seis Rectores de la Universidades Públicas de Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe, quedando la Secretaría Ejecutiva designada en el Centro de Estudios Interdisciplinarios de la UNR. El objetivo fue intervenir en la interface ambiente y salud, desde la investigación, la docencia y la extensión.
Desde la investigación las dos temáticas centrales abordadas fueron cáncer y anomalías congénitas. Ambos proyectos fueron financiados por el Instituto Nacional del Cáncer y por la Dirección Nacional de Investigaciones en Salud del Ministerio de Salud de la Nación y cofinanciados con la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNR.
En lo referente al área de docencia, se creó la Diplomatura en Ambiente y Salud, con la participación de un cuerpo docente de todas las Universidades de la Red, dirigidas a agentes comunitarios, además de estudiantes y graduados. Respecto de la propuesta de extensión, se encuentra en desarrollo la creación de un Observatorio Regional sobre la temática.
A finales del año 2022, terminado el primer convenio, se procedió a darle continuidad hasta el año 2026. Dos líneas de investigación se están abriendo; una, relacionada con mortalidad infantil por cáncer y variables ambientales, particularmente calidad de aire y enfermedades neurodegenerativas (Alzheimer y Parkinson) y sus posibles asociaciones con condiciones ambientales y sociodemográficas. La primera de ellas es un tema prioritario en salud pública, poco explorado en la Argentina. Y la segunda, con un amplio desarrollo en el mundo, pero sin abordaje en este país.
“Mientras en Europa la curva de mortalidad por cáncer infantil está bajando, en nuestra zona se mantiene y aumenta en los estratos de nivel socioeconómico más bajos”, dice Oliva y agrega: “Esto podría explicarse por la falta de acceso o tardanza en el diagnóstico, demoras en recibir terapia, las migraciones por falta de cobertura y atención a los niños, tanto en el ámbito público como en el privado”.
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Sobre las enfermedades neurodegenerativas, el investigador afirma que están aumentando en América Latina. Si bien se trata de patologías de origen genético también están relacionadas con los agroquímicos en la siembra, el elevado nivel de arsénico en el agua y las variables sociodemográficas. Este proyecto será desarrollado en conjunto entre la UNR, la UNC y la doctora Guadalupe Bruera, del Instituto Max Planck.