Nota

Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco - Facultad de Ciencias Naturales - Sede Comodoro Rivadavia

12 de Octubre de 2015 | 8 ′ 36 ′′

“Babosita del peral”, determinan el impacto de esta plaga en los cerezos de la Patagonia

La investigación que lleva adelante la bióloga María Laura Peschiutta, se desarrolla en la zona de Los Antiguos (Chacra El Porvenir), provincia de Santa Cruz y en Bahía Solano SA, situada a 24 km de Comodoro Rivadavia, dos sitios que concentran la mayor producción de cerezas de la región. La investigación surge porque un gran porcentaje de esta producción de la Patagonia se exporta y hace falta una cereza de alta calidad para poder competir en los mercados internacionales.

Midiendo fotosintesis en cerezos

Los productores advierten que la “babosita del peral” (Hymenoptera: Tenthredinidae) avanza sobre los cultivos, con el riesgo de ocasionar la disminución en la cantidad y calidad de la fruta. Este insecto-plaga prefiere como alimento a los cerezos, perales y plantas de la familia de las rosáceas, de los que consume la parte superior de las hojas y deja sólo las nervaduras. “Uno de los experimentos desarrollados comprobó que el área de la hoja consumida por el insecto puede llegar al 80%”, señaló a Argentina Investiga Peschiutta, actual becaria post-doctoral del Conicet.

La investigadora recuerda que al iniciar el estudio, el ideario de los productores era que la presencia del insecto en los cerezos generaba una disminución en la producción de frutas. La investigación determinó que la babosita del peral afecta de manera muy importante la calidad del fruto, como el tamaño de las cerezas y su sabor. Esto repercute en los mercados de exportación ya que los compradores pretenden un producto de alta calidad, con buen tamaño, color y alto contenido de azúcar. Cabe recordar que un gran porcentaje de la producción de cerezas de la Patagonia se exporta y sólo una pequeña parte queda en el mercado local. Por lo tanto, para poder competir en los mercados internacionales es indispensable ofrecer una cereza de alta calidad, y para esto se requiere que tanto la fruta como la planta madre no hayan sido afectadas por factor externo alguno.

La investigación, llamada “El impacto de la herbivoría por Caliroa cerasi (Hymenoptera: Tenthredinidae) sobre las relaciones hídricas, intercambio gaseoso, crecimiento y productividad del cerezo, Prunus avium L.”, de Peschiutta, se basó en el estudio de la fisiología de los cerezos para determinar cómo afectaban las babositas el desarrollo normal del árbol. Si bien el crecimiento vegetativo del cerezo se mantuvo constante, la investigadora advirtió que las hojas del árbol, que se encuentran sobre las mismas ramas del fruto y le proveen energía, disminuían en tamaño al ser atacadas por el insecto provocando, además, una baja en el contenido de nitrógeno y en las funciones vitales de la planta, como la fotosíntesis. Es decir, los recursos que estaban en las hojas se van perdiendo y esto afecta de manera indirecta al desarrollo del fruto.

Además, cuando hay grandes infestaciones, la babosita del peral se traslada a la fruta y provoca pequeñas perforaciones que afectan directamente la calidad de la cereza.

Los estudios se realizaron en la ciudad de Los Antiguos (Santa Cruz), que es la mayor productora y exportadora de cerezas y otro punto de muestreo fue Bahía Solano, a 24 kilómetros de Comodoro Rivadavia. De esta forma la investigación se focalizó en dos áreas muy importantes desde el punto de vista social y económico para la producción de la región Patagónica.

La investigadora determinó que dado el estado en que quedan las hojas por la acción del insecto, no alcanzan la tasa de fotosíntesis óptima y se alteran las relaciones hídricas y la re-translocación de nutrientes (es decir, el transporte interno de nutrientes). Las consecuencias se evidenciarían en la calidad del fruto, que resultan de suma importancia ya que se le exige al productor de cerezas ciertas cualidades en los frutos como firmeza, tamaño y color.

Cuando hay grandes infestaciones de babositas se debilita la planta y también, incluso, se verían más afectadas durante las heladas ya que produciría mayor caída de flores. El árbol infestado con babositas también podría ser más susceptible a adquirir enfermedades producidas por virus y otros organismos, que podrían conducir finalmente a la muerte de la planta.

Para determinar cómo repercute la babosita del peral en los árboles de cerezos, tanto en plantas atacadas como intactas, se instalaron dendrómetros, instrumentos que permiten evaluar parámetros de crecimiento del árbol; éstos consisten en bandas metálicas soportadas por resortes que se colocan alrededor de las ramas o tronco de las plantas siguiendo el crecimiento del árbol de manera continua a lo largo de los años. Del mismo modo, se monitorea el consumo de agua de cada planta y las tasas de fotosíntesis, variables que se miden con sensores y equipos específicos, además de otras variables fisiológicas y ambientales.

La investigadora, además, comparó tres variedades de cerezos, Lapins, Bing y Van, que conforman algunos de los cultivares más importantes en la Patagonia sur. El estudio de la variabilidad entre los cultivares, en cuanto al crecimiento, el consumo de agua y a la producción de frutos, permitió determinar que la variedad Lapins es un cultivar más pequeño, que crece menos que el cultivar Bing pero que tiene una mayor producción de frutos.

El estudio también buscó determinar si existía relación entre la alta producción de frutos con los niveles de consumo de agua de cada variedad de cerezo. Respecto de la variedad Bing, Peschiutta detalló que es muy vigorosa, muy grande, con mayor crecimiento vegetativo, pero con menor producción de frutos.

Entonces, sería menos rentable económicamente, si la plantación no es manejada en forma correcta. “En el campo, por ejemplo, encontramos que la variedad Bing que es además menos afectada por la babosita del peral; sin embargo, es la que tiene menor producción de frutos. Aunque Lapins y Van son dos cultivares con alta producción, son los más afectados por la babosita del peral, es decir, presentan mayor área consumida por el insecto. A pesar de que no existe un cultivar ideal que agrupe todas las cualidades deseables, estos dos cultivares (Van y Lapins) poseen ciertas características que sin duda pueden satisfacer el requerimiento de los mercados. Sin embargo, cabe aclarar que este análisis no lleva implícito mayor o menor reconocimiento de un cultivar sobre otro o se intenta aconsejar sobre un determinado cultivar; el objetivo es brindar un mayor conocimiento al sector productivo y colaborar con el crecimiento de la actividad” indicó la especialista.

Estudios complementarios y a una escala temporal mayor, deberían realizarse para aumentar el conocimiento de los diferentes cultivares a fin de identificar el cultivar de mayor rendimiento ante condiciones ambientales adversas.

Los experimentos a campo se iniciaron en febrero de 2010 y finalizaron en diciembre de 2013. Con la colaboración de los responsables de las chacras y el personal de campo se analizaron cerca de 100 árboles de cerezos. “A diferencia de la investigación que se realizó en Los Antiguos, donde se trabajó con plantas adultas de más de una década de producción y bajo riego por canales; en Bahía Solano, se realizó el estudio con plantas de menor edad y bajo condiciones de riego por goteo y herbivoría artificial controlada”, relató Peschiutta.

“Resulta muy valioso el apoyo logístico de los responsables y personal de las diferentes quintas en donde se realizaron los estudios, principalmente quiero destacar el apoyo de la señora Alicia Joniuk de la quinta “El Porvenir” y la ingeniera Claudia Mundet que en aquel entonces se desempeñaba como responsable técnica de “Bahía Solano SA” dado que sin su colaboración hubiese resultado dificultoso el desarrollo de la investigación” concluyó la investigadora.

El proyecto fue financiado por dos becas doctorales del Concejo de Investigaciones Científico-Tecnológicas (CONICET) y por el Grupo de Estudios Biofísicos y Ecofisiológicos (GEBEF) de la Facultad de Ciencias Naturales, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, que dirigen los doctores Sandra Bucci y Fabián Scholz.

hojas de cerezo con babosita alimentandose

Producción Periodística:
Daniel Pichl

Responsable Institucional:
Norma Escalante
Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco

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