Eclipse solar del 21 de agosto de 2017. Imagen: Nasa/Carla Thomas
El próximo 2 de julio, a las 17:40 aproximadamente y durante casi dos minutos, quienes se encuentren en el sur de la provincia de Córdoba serán espectadores predilectos de un evento astronómico sin igual: un eclipse total de Sol.
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Durante ese breve lapso, las órbitas de la Tierra y la Luna estarán alineadas de forma que el Sol quedará completamente bloqueado y la sombra del satélite natural se proyectará sobre la superficie terrestre. En una franja del sur cordobés, la oscuridad será total y las estrellas en el firmamento podrán observarse como si fuese de noche.
La última vez que desde esta provincia pudo observarse un fenómeno de esta naturaleza y con estas características fue en 1947. Y los cálculos prevén que deberán pasar otros 375 años para que pueda verse nuevamente desde esta zona en particular.
Si bien el eclipse también podrá contemplarse desde otras latitudes del país y América del Sur, en esos lugares el ocultamiento será solamente parcial. El porcentaje dependerá de qué tan alejado se encuentre el espectador de la franja de ocultamiento total.
El Observatorio Astronómico de Córdoba (OAC) y el Centro de Interpretación Científica "Plaza Cielo Tierra" organizaron una serie de actividades previas y estarán presentes en los encuentros de observación que el mismo 2 de julio se llevarán a cabo en las localidades de Córdoba capital, Coronel Baigorria, Río Cuarto, La Población y San Javier.
Cabe recordar que para mirar el eclipse de manera segura es importante utilizar filtros adecuados, ya que los rayos UV del astro pueden quemar las retinas y ocasionar daños permanentes e inclusive ceguera.
Usinas de conocimiento
Los eclipses han atraído la atención de las personas por siglos. "Fueron predichos y estudiados por diversas culturas a lo largo de la historia de la humanidad", explica Manuel Merchán, director del OAC, una de las pocas instituciones en el mundo que los analizó sistemáticamente desde 1910.
En esa línea, Merchán recuerda que los eclipses ayudaron a los científicos a comprender aspectos de la dinámica planetaria, las propiedades de las capas más externas del Sol y de la física en general. Tal es su relevancia que uno, ocurrido en mayo de 1919, permitió realizar la primera comprobación de una de las predicciones de la Teoría de la Relatividad General formulada por Albert Einstein.
A contramano de lo que se cree, los eclipses se producen con bastante frecuencia: entre dos y cinco veces por año. Sucede que, en la mayoría de las ocasiones, la zona de la Tierra desde donde pueden seguirse en toda su dimensión –es decir, con un ocultamiento total– es muy limitada.
En rigor, las regiones donde un eclipse se ve como total son las alcanzadas por la "umbra", la parte más oscura de la sombra que proyecta la Luna al bloquear el Sol. La umbra tiene la forma de un cinturón estrecho que no supera los 300 kilómetros de ancho, por unos 16 mil kilómetros de largo. Las zonas fuera de esa franja, pero donde el eclipse se ve parcialmente, se denomina penumbra.
Dependiendo del porcentaje de ocultamiento, los eclipses solares pueden ser parciales o totales. Un tercer tipo son los anulares, que ocurre cuando la Luna se encuentra más alejada de la Tierra. En este caso, el disco de la Luna parece más pequeño que el del Sol y por eso durante un eclipse anular lo que resalta es un anillo brillante de luz en los bordes de la Luna.
Sobre el eclipse del 2 de julio, Merchán apunta: “Confiamos en que el interés que este asombroso evento pueda despertar en la comunidad nos brinde, como institución científica, la oportunidad de dar a conocer, de manera más amplia, los conocimientos que se generan y muchas veces son considerados solamente en el ámbito académico”.
Por su parte, Daniel Barraco, director del Centro de Interpretación Científica Plaza Cielo Tierra, subraya que en Córdoba están dadas las condiciones para desarrollar esta innovadora rama de actividad: el turismo científico. "Una modalidad de turismo que fascine a grandes y chicos, tanto en familia como individualmente, aprovechando las posibilidades ya conocidas de nuestro entorno natural, así como nuestros conocimientos, logros e instalaciones tecnológicas y científicas”, explica.
La ruta del eclipse
El eclipse será visible desde gran parte de América del Sur y sur de América Central. Desde la mayor parte del territorio argentino, se podrá presenciar un eclipse parcial de Sol, pero se verá como total en una franja de 201 kilómetros de ancho, que atravesará el centro de la provincia de San Juan, sur de La Rioja, norte de San Luis, sur de Córdoba, sur de Santa Fe, y norte de la provincia de Buenos Aires (casi sobre el horizonte).
Iniciará a las 16:30 en el oeste de Córdoba y a las 16:35 en el este provincial. En ese momento la Luna comenzará a bloquear lenta y parcialmente la luz solar.
En toda la Provincia, el ocaso ocurrirá antes de que el satélite haya terminado de interrumpir al Sol (a las 18:30 en el oeste y a las 18:11en el este).
El porcentaje de ocultamiento del Sol depende de qué tan lejos se encuentre el observador de la franja de ocultamiento total. Así, el punto más alejado del norte cordobés observará un eclipse parcial con una ocultación máxima del 92% del disco solar a las 17:40. Mientras que el punto más alejado hacia el sur observará una ocultación máxima del 96% a esa misma hora.
Entre las localidades cordobesas ubicadas sobre la franja de totalidad se encuentran Achiras, Alcira Gigena, Arias, Almafuerte, Ausonia, Alpa Corral, Berrotarán, Camilo Aldao, Corral de Bustos, Canals, Coronel Baigorria, Dalmacio Vélez Sársfield, Carnerillo, Elena, Etruria, Chazón, General Baldissera, La cumbrecita, General Deheza, Justiniano Posse, Las Rabonas, Laborde, Las Rosas, La Carlota, Los Cóndores, Monte Maíz, Nono, Santa Eufemia, Tancacha, Quebracho Ladeado, Villa Dolores, Rio tercero, Villa Rumipal, San Vicente, Villa yacanto, Río cuarto, entre otras.
Cómo mirar un eclipse de Sol de manera segura
Los rayos UV del Sol pueden quemar las retinas ocasionando daños permanentes o inclusive ceguera. Esto puede suceder aún cuando la exposición sea de unos pocos segundos. Es por esto que no se recomienda su observación directa.
Evitar, además, lentes para Sol, placas radiográficas, papel celofán de colores, vidrios esmerilados, discos floppy, o similares. Nunca acercar los ojos a lentes de binoculares, telescopios o cámaras fotográficas sin filtros adecuados.
Entre las alternativas recomendadas para mirar un eclipse, se encuentran:
Máscaras de soldar | Sólo se recomiendan aquellas de número 14 o superiores. Gradaciones inferiores son incapaces de filtrar adecuadamente los rayos solares nocivos. Es importante que las máscaras o los anteojos hechos con sus vidrios, protejan completamente los ojos del observador, incluso las áreas laterales para evitar accidentes.
Lentes para eclipses | Desarrollados específicamente para este fin. Nos se fabrican en Argentina, por cuanto deben adquirirse en el exterior. Filtran el 100% de los rayos ultravioletas e infrarrojos dañinos y el 99,999% de la luz visible intensa. Deben cumplir con una norma internacional de seguridad para visores solares (ISO 12312-2) y tener una certificación específica. Todos los lentes que carecen de estas características son inseguros para la observación solar.
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Proyección en una pantalla | Un pequeñísimo agujero –de uno o dos milímetros de diámetro– en cualquier superficie opaca servirá para ver el eclipse proyectado sobre alguna pantalla. En una tarjeta o cartulina, realizar en el centro un orificio con un alfiler y dejar que la luz del Sol los atraviese. En la imagen que se proyecta por debajo, a unos 50 centímetros aproximadamente, se podrá observar la proyección del eclipse. También es posible desviar la luz solar con un espejo y proyectar el reflejo sobre cualquier superficie.
La imagen sintetiza la diferencia entre la umbra y la penumbra que produce un eclipse. El gráfico solo tiene fines ilustrativos, ya que no respeta las proporciones reales.