Si bien en Argentina los principales problemas de contaminación atmosférica ocurren en centros urbanos e industriales, también existe un acelerado incremento en los niveles de polución de sitios remotos, como consecuencia de las prácticas agrícolas y mineras. El grupo de investigación de la UNCa, a cargo de la doctora Martha Cañas, junto a otros alumnos e investigadores participantes del proyecto examinan la contaminación atmosférica en valles y bolsones de regiones áridas y semiáridas, con la finalidad de evaluar la calidad del aire en el centro-oeste catamarqueño, mediante el empleo de líquenes como biomonitores.
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“En la provincia de Catamarca, los principales problemas ambientales están vinculados al manejo de los recursos naturales renovables como consecuencia de actividades productivas primarias, más que a los asentamientos humanos, ya que éstos involucran a poblaciones de escasa densidad y que no afectan en mayor medida al ecosistema” expresó la investigadora a InfoUniversidades.
Hasta el año 2005, el biomonitoreo de deposición de metales pesados y de elementos químicos que se presentan en muy bajas concentraciones pero que son muy importantes para los procesos biológicos denominados “traza”, sólo había sido aplicado a gran escala en la provincia de Córdoba. Por lo tanto, en provincias como Catamarca no se contaba hasta el momento con información sobre los niveles basales de elementos tóxicos en el aire, como tampoco se tenía conocimiento sobre la identificación de áreas contaminadas, ubicación de fuentes de emisión y la contribución que éstas realizan.
La investigadora explicó que “dada la fragilidad ecosistémica que caracteriza a las regiones de ambientes áridos y semiáridos como la nuestra, es de fundamental importancia implementar sistemas de monitoreo que permitan definir una línea de base ambiental para la región y posteriormente determinar, en función de ello, el estado de situación que pueda presentarse en distintos momentos. Esto no sólo permitiría alertar sobre el impacto de las mencionadas actividades, sino también promover su regulación y asegurar la sustentabilidad, además de disminuir los efectos perjudiciales que estas actividades producen sobre los ecosistemas”.
Acerca del empleo de líquenes
Cañas indicó, además, que si bien está establecido que la concentración de elementos traza en biomonitores refleja las concentraciones promedio de material particulado en el aire y los niveles de deposición, tanto húmeda como seca de polutantes durante un período determinado, la mayoría de los trabajos de biomonitoreo de contaminación atmosférica se realizaron en países con clima húmedo. “En Catamarca, este tipo de estudios resulta particularmente relevante, ya que el polvo en suspensión es quizás el principal factor determinante de la calidad del aire en gran parte de la provincia”, añadió.
Los líquenes, en sentido amplio, “son sensibles a los polutantes atmosféricos”, y presentan una serie de características que los convierten en organismos de elección para realizar tareas de biomonitoreo de la calidad de aire: carecen de cutícula y de raíces, lo que permite un exclusivo contacto con la atmósfera, de la que extraen sus nutrientes. “Son organismos perennes, de crecimiento lento, tienen la capacidad de sobrevivir a la desecación extrema y repetida, y poseen mecanismos de concentración de nutrientes”.
Cómo se trabajó
El estudio se desarrolló en un área piloto de 600 Km2, que incluye la población de Belén y sus alrededores, ubicada en el sector occidental del llamado “Bolsón de Pipanaco”. Como biomonitor se empleó el liquen, aplicando el método de transplante en bolsa, es decir que se colectaron talos liquénicos en un área considerada de “aire limpio”, y luego se los transplantó en bolsas de tul de nailon.
Los sitios de transplante se definieron sobre la base de una imagen satelital georreferenciada, dividiendo el área de estudio en cuadrículas de 5 Km. por 5 Km. En cada cuadrícula se transplantaron estacionalmente bolsas liquénicas a tres sitios diferentes durante un período de tres meses. Luego del tiempo de transplante, se analizaron en las muestras parámetros químico-fisiológicos, marcadores del efecto producido por polutantes atmosféricos sobre el liquen y se calculó sobre la base de algunos parámetros un índice de polución. Mediante el método llamado “Análisis por Activación Neutrónica Instrumental (INAA)” se examinó el contenido de metales pesados y elementos traza en las muestras de líquenes.
Los resultados obtenidos permitieron detectar diferencias entre sitios de transplante dentro del área de estudio, al tiempo que se detectaron zonas con distintos niveles de calidad de aire. “De acuerdo a la respuesta del bioindicador y debido a las características topográficas del lugar, la quebrada de Belén aparece como la zona más afectada por polvo en suspensión, dado que se verificó mayor incidencia de elementos litogénicos y mayores niveles de estrés en líquenes transplantados a esta zona respecto del resto del área”, afirmó la doctora Cañas.
Tanto el suelo como la roca son las principales fuentes de metales y elementos traza presentes en el material particulado del aire, pero no se descarta la presencia de polutantes de otro origen, ya que la presencia de ciertos elementos Antropogénicos indican la influencia de otras fuentes de emisión sobre el área.
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El proyecto se encuentra en su etapa final de ejecución y se desarrolla en el marco de un convenio de cooperación e intercambio científico-técnico suscripto entre la Facultad de Tecnología y Ciencias Aplicadas de la UNCa. y la dirección de Saneamiento Ambiental de Catamarca.