El estudio releva la situación y las principales problemáticas de quienes producen alimentos sanos para el consumo cotidiano de la población vulnerable. Localizado en los partidos de Luján, Mercedes y General Rodríguez, el proyecto se plantea como uno de sus objetivos específicos para el bienio 2021-2022, la caracterización de la agricultura familiar a partir de sus prácticas productivas y de comercialización, sus estrategias organizativas y sus trayectorias socioeducativas.
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Otro de los objetivos es el relevo de unidades productivas que realicen prácticas agroecológicas, atendiendo a la ubicación, la cantidad y la superficie de los predios, el tipo de manejo productivo, los canales de comercialización y la calidad del suelo y del agua. Además, plantea identificar y analizar las controversias en torno a los usos del territorio a partir de las disputas por el acceso y el control de los recursos productivos y los consecuentes conflictos socio-ambientales que afectan a la producción familiar de alimentos sanos.
El proyecto atiende a componentes del Plan Nacional “Argentina contra el hambre” como la seguridad alimentaria y la asistencia alimentaria en situaciones críticas o de emergencia, el apoyo a la producción y la comercialización de alimentos y el fortalecimiento de redes comunitarias.
La geógrafa María Fernanda González Maraschio, MSc. en Estudios Sociales Agrarios (FLACSO) y doctora en Ciencias Sociales y Humanas (UNLu), es la responsable de la ejecución del proyecto que reúne al Grupo de Estudios Rurales (GERu) y el Grupo por la agroecología de la UNLu (AgroEcoUNLu).
Con la finalidad de generar conocimiento actualizado en una zona de gran dinamismo y conflictividad territorial, las unidades de análisis son las organizaciones de productores familiares y los predios de agricultores/as que realizan prácticas agroecológicas.
Se focaliza en aquellas experiencias exitosas, tanto por la sustentabilidad ambiental como social que significan, como por su potencial de replicabilidad en la formulación de nuevas políticas públicas de promoción y apoyo a la agricultura familiar, la agroecología y la gestión del territorio.
El análisis de suelo y el agua en predios agroecológicos permite establecer parámetros de contaminación y constituye una herramienta para la gestión de Sistemas de Garantía Participativa que promuevan la comercialización de alimentos sanos a precios accesibles.
De este modo, el proyecto impulsa mejoras en la calidad de vida de la población que en la actualidad se encuentra en situación de emergencia alimentaria porque permite optimizar el acceso a alimentos sanos a habitantes urbanos y rurales.
Las primeras aproximaciones a partir del relevamiento 2021 fueron presentadas en un Taller de Intercambio sobre políticas en la producción de alimentos sanos, que se realizó en la Sede Central de la UNLu el 8 de abril de este año y del que también participaron funcionarios municipales. En esa oportunidad, la directora del proyecto explicó que el primer conflicto señalado por los productores en los tres partidos es el de las pulverizaciones con agrotóxicos en predios vecinos, que afectan la pastura del ganado, enferman a los animales y contaminan las producciones y las napas de agua.
También mencionó el avance de la urbanización, que los productores asocian con la inseguridad por el robo de ganado o la ocupación de predios; el estado de los caminos y la falta de servicios básicos, como la electricidad o la recolección de residuos.
Sin embargo, la gran problemática de la zona es el acceso a la tierra: “Muchos predios tienen tenencia de ocupación y hay poseedores en juicio de usucapión para reclamar la propiedad de la tierra que habitan hace muchos años”, indicó González Maraschio a Argentina Investiga. “También hay desalojos por parte de propietarios a productores descapitalizados, que viven y trabajan esas tierras desde hace décadas, sin acceso a abogados, que muchas veces se tienen que ir”, contó y explicó que por esta razón muchos productores cambian de distrito.
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González Maraschio señaló que los participantes del Taller buscaron soluciones para intervenir ante las diferentes problemáticas. “Hay muchas herramientas pero las tenemos que construir participativamente entre la academia y la gestión”, enfatizó.