¿Qué representaciones tenían los niños europeos que migraron a la Argentina después de la Segunda Guerra Mundial? No resulta fácil ahondar en los recuerdos de personas que, siendo niños, atravesaron experiencias tan devastadoras como una guerra. Mucho menos aún, si además tuvieron que soportar los avatares de una huida a un mundo desconocido, con familias desmembradas. ¿Cómo se integraban a la nueva cultura, a la nueva lengua, y a otras formas de vida? ¿Qué significados otorgaban los niños a esas experiencias?
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Estas preguntas despertaron el interés de María Bjerg, doctora en Historia y docente investigadora de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), y la llevaron a diseñar un proyecto de investigación que intenta develar aspectos de las relaciones entre inmigración e infancia.
A pesar de que el estudio de las migraciones alcanzó en la Argentina de los años ‘80 y ‘90 un importante desarrollo, Bjerg señaló a InfoUniversidades que pocas investigaciones se ocuparon de analizar, por ejemplo, "la manera en que la migración afectó la conformación de la infancia”. Realizar una incursión historiográfica al fenómeno no es tarea sencilla. En general, los niños no escriben cartas ni memorias. La única manera de recuperar la historia es a través del relato oral.
“Hoy son adultos y muchos se niegan a hablar de lo sucedido porque no quieren hurgar en sus recuerdos, que a veces reavivan angustias”, agregó Bjerg, que dirige el proyecto de investigación llamado “Inmigración y género. Testimonios personales, identidades y representaciones” de la UNQ.
“Los niños son como personajes anónimos en la historia de las migraciones”, señaló la investigadora, y con ello revela la invisibilidad de una parte de los actores de la trama histórica donde aún quedan muchos huecos por explorar.
“En mi opinión, una búsqueda en lo pequeño, una mirada en detalle de las tramas individuales de significado es una de las maneras posibles de comenzar a abrir algunos de estos pliegues de la historia de las migraciones y su relación con la infancia”. Para ello, la investigadora entrevista a hombres y mujeres de distintos orígenes. A partir de ese trbajo, indaga en la temática y aspira a proyectar nuevos aspectos en el estudio de la inmigración en nuestro país. Además, Bjerg trabaja actualmente en la producción de un libro que reunirá las trayectorias de estos inmigrantes, a partir de las que reconstruirá el contexto social, político y geográfico en el que ocurrió la partida.
Bjerg comenta que, en general, los recuerdos que los entrevistados tienen de la migración, si bien son de quiebre, no son traumáticos como sí son los recuerdos de la guerra. El enfoque que Bjerg eligió para su investigación es la antropología interpretativa, ya que su interés está puesto en bucear en los símbolos y lenguajes que utilizan los entrevistados y con ello armar las trayectorias personales a partir de la configuración de los relatos que son fragmentarios.
El paisaje tiene un papel central en la memoria de hombres y mujeres que cruzaron el océano. “He observado una recurrencia en la evocación del paisaje como parte sustancial de los recuerdos infantiles. Otro de los recuerdos más vívidos es el de la partida en sí misma”, aseguró la investigadora.
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Bjerg realiza una incursión en los testimonios personales con los que sus protagonistas dan orden y sentido al recorrido de sus vidas. La investigación le permitirá descubrir cómo vivían los niños, desde el nuevo destino al que arribaban, su condición de inmigrantes y cómo la inmigración y la guerra influyeron en la construcción de una identidad infantil. “Historias y recuerdos de hombres y mujeres se ocultan en los derroteros individuales de millones de inmigrantes, y el estudio de la relación entre inmigración e infancia aún sigue en espera en la historiografía”, concluyó la investigadora.