Especie "rara": tiene la forma de una lagartija y el color de un matuasto.
Caminando por el bosque, en busca de indicios de zorros, Diego Procopio encontró una lagartija que le llamó la atención. Todavía una especia "rara", tiene la forma de una lagartija y el color de un matuasto.
“Vi en un ambiente muy particular un patrón y una coloración de reptil distinta a todas las que había visto. Entonces capturé una, la puse bajo la lupa y descubrí que el patrón de coloración, las escamas cefálicas y el número de escamas en ciertas zonas no coincidían con las que existían en la región”. Supo que estaba ante una nueva especie de reptil y envió un ejemplar a la Universidad Nacional de La Plata para que se les realicen estudios.
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“Se parece a una lagartija chiquita común, es del género Leiolaemus, pero en el patrón de coloración se parece más a un matuasto del género Diplolaemus, que es un lagarto más grande. Es una mezcla entre la coloración de un matuasto y la forma de una lagartija”.
Procopio aclaró que los ejemplares de esta nueva especie se encuentran “acotados a un ambiente muy particular, al borde de una laguna, en un lugar casi sin vegetación, y se esconden debajo de las costras de arcilla”. Tal vez estos reptiles “se quedaron aislados ahí”, hipotetizó.
El hallazgo no fue algo fortuito, sino producto de un trabajo sistemático, dado que los relevamientos que realiza en el marco de su investigación comprenden la captura de micromamíferos (reptiles y aves) para saber cuántos de los recursos disponibles son aprovechados por los zorros, qué seleccionan y si comen de todo.
Zorros
A pesar de estos interesantes hallazgos, los zorros grises y colorados son la mayor preocupación del investigador. El objetivo de este trabajo es “ver cómo se reparten los recursos -espacio, tiempo y alimento- entre el zorro gris y el colorado”.
“El zorro colorado es una especie dominante, de mayor tamaño que el gris, más agresivo, y supuestamente está echando o segregando al gris. La hipótesis es que en los hábitat de mejor calidad en lo que respecta a espacio y alimento -como los mallines de la Patagonia- tendría que estar más presente el zorro colorado, y echar al gris a otros ambientes más pobres”, sintetizó Procopio. “El zorro colorado no puede estar en medios más pobres por una cuestión corporal y de energía. Necesita más alimento”.
Otros ejemplares
Estos relevamientos le permitieron capturar, además, comadrejas patagónicas Lestodelphys Hally, una especie que en Argentina, a lo largo de la historia, sólo se han encontrado 17 ejemplares, y Notiomys Edwarsii o “ratoncitos topo”, otro animal considerado raro y sobre el que se sabe poco.
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“Hacemos capturas vivas y después las liberamos. Realizamos marca, captura y recaptura, y en base a lo que recapturamos sabemos más o menos el tamaño de la población que puede llegar a haber”.
El doctorando Diego Procopio junto a un ejemplar de la especie descubierta.