Alumno del equipo de investigación prueba el prototipo rehabilitador de miembros superiores
Volver a caminar cuando se ha perdido esa capacidad parece un sueño lejano, parecido a una película de ciencia ficción. Sin embargo, la ficción está dando paso a la ciencia aplicada. Hoy en día, países como Japón desarrollan prototipos de exoesqueletos como una especie de armadura colocada por fuera del cuerpo, que permiten cumplir el sueño de pararse o desplazarse a una persona que está en silla de ruedas. En Estados Unidos ya se comercializa un exoesqueleto valuado en miles de dólares, sólo accesible a un reducido y pudiente sector económico.
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La robótica aplicada a la salud tiene poco desarrollo en Argentina y otros países de América del sur. Sin embargo, un grupo de investigadores del laboratorio de Biomecánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán empezó a desarrollar esta línea de investigación con promisorios resultados.
El equipo de bioingenieros, liderado por Julio Politti y Juan Carlos Casal, junto a estudiantes de los últimos años de la carrera de Bioingeniería y egresados de esa facultad, desarrolló un primer prototipo de un asistente robotizado para rehabilitación.
Se trata de un sistema que se coloca en el brazo y antebrazo y permite recuperar los movimientos que el paciente debería tener naturalmente. El camino final de este asistente, una vez mejorado y profundizados los conocimientos, es la construcción de un exoesqueleto que permita movilizar las piernas a quienes no pueden hacerlo por sí mismos. Politti aseguró que el principio de funcionamiento del rehabilitador para brazos y del exoesqueleto es el mismo, aunque varía el ángulo de movimiento y el material, según se trate de miembros superiores o inferiores.
“En esta primera etapa trabajamos con sistemas que tienden a recuperar el movimiento de la parte superior generando un primer prototipo que está muy avanzado. Trabajamos en la parte mecánica para poder comercializarlo en breve”, detalló a Argentina Investiga Politti. Explicó que el asistente robótico colabora con el médico para que el paciente recupere el movimiento perdido y actúa sobre la persona colocándose, por ejemplo, sobre el brazo y antebrazo para que el paciente realice movimientos, lo cual evita que las articulaciones se endurezcan. En este sentido, vale destacar la importancia del rehabilitador en cuanto a acelerar los tiempos de recuperación del paciente y la mejora en su calidad de vida.
El rehabilitador, paso a paso
Una de las funciones del asistente para rehabilitación es movilizar las articulaciones de la parte superior cuando la persona no puede hacerlo por sí misma, similar a lo que ocurre en una sesión de fisioterapia, donde el terapeuta es quien realiza esta tarea. El médico puede controlar luego el progreso de su paciente en la computadora y fijar nuevos objetivos. Otra función del asistente es que la persona realice movimientos por sí misma (en una etapa más avanzada de su terapia) lo cual le permite recuperar la fuerza muscular y le posibilita al médico observar esos avances en la computadora.
Por su parte, el ingeniero electrónico Juan Carlos Casal, integrante del equipo de investigación de la Facultad, explicó que “el encargado del movimiento en el rehabilitador es un motor paso a paso, que permite un control preciso y exacto del movimiento. Nuestro prototipo está hecho en aluminio, pero la idea es reemplazarlo próximamente por un material más resistente y liviano para comercializarlo”, detalló. “La idea es que sea menos pesado y fácil de trasladar para que el paciente pueda llevarlo a su casa”, agregó.
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Por último, Ezequiel Brito, alumno de Bioingeniería e integrante del equipo, señaló que la tarea que realizan en la Facultad les posibilitará, en el futuro, dar soluciones a la gente y mejorar su calidad de vida, a partir de la tecnología y la salud. Comentó que “este sistema permitirá al paciente no sólo realizar sus ejercicios, sino también evaluar sus progresos a partir de una imagen que replica sus movimientos y le propone nuevos objetivos en función de la etapa de rehabilitación en la que se encuentra. La idea es prepararnos mucho y que nuestros aportes sirvan de guía a los futuros estudiantes de la Facultad”, concluyó el estudiante.
Docentes y alumnos del Laboratorio de Biomecánica de la FACET a cargo de la investigación