Se trata de dos plantas de tratamiento de catalizadores agotados usados en las refinerías, una de regeneración y la otra de inertización de materiales que ya no pueden ser recuperados.
El trabajo que llevarán a cabo los investigadores del Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica (Incape), dependiente de la UNL, consiste en reciclar los catalizadores a los que se les puede extender la vida útil un tiempo más, y así favorecer a la economía de la compañía. Por otra parte, se prevé la recuperación de metales posibles de vender que permitirían amortizar el proceso.
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Todos los efluentes de las plantas se absorben y transforman en productos que son reutilizados. De esta manera se reduce un pasivo ambiental importante.
El principal elemento que se recupera de los catalizadores es el níquel. Éste y otros metales obtenidos en el proceso tienen aplicaciones en la industria agropecuaria y metalúrgica.
"En el mundo se tiende a los combustibles limpios, en Europa ya se utilizan combustibles con menos de 50 ppm (partes por millón) de azufre, mientras que nosotros empleamos 1.000 o 1.500 ppm. Dentro de poco tiempo vamos a tener que llegar a esos parámetros, lo que va a triplicar la demanda de catalizadores", contextualizó Juan Carlos González, gerente del área de apoyo tecnológico de YPF.
El Incape y la empresa YPF trabajan en forma conjunta desde hace más de 10 años a partir de convenios de investigación y desarrollo. "La industria debe recurrir a las fuentes de conocimiento para ir más rápido, especialmente en este momento en el que la compañía está abocada a cuidar el medio ambiente. Es ahí donde hemos apostado a este grupo del Instituto y nos ha salido muy bien", expresó González.
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Por su parte, el ingeniero Alberto Castro, director de la institución, hizo hincapié en que lo que se estudia en el Incape se aplica para el desarrollo de una tecnología que se transfiere a la sociedad.