Una vista de uno de los chips integrados, comparado con una moneda.
Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Sur se dedica al diseño de microchips cincuenta veces más pequeños que una moneda. Estos circuitos permiten mejorar las comunicaciones inalámbricas, el seguimiento médico de los pacientes cuando estén en su hogar y facilitar el aprovechamiento de distintas fuentes de energía, como la eólica, entre otros usos.
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“Uno de los objetivos de nuestro laboratorio es diseñar circuitos integrados de ultra bajo consumo de energía, para aplicaciones en diversos campos de la industria. Por ejemplo, el desarrollo de una retina electrónica, un minúsculo dispositivo que podría ayudar a las personas ciegas por trauma o accidente a recuperar la visión. Este es un proyecto de biomedicina que dio buenos resultados en ensayos realizados en países asiáticos, y que comenzará pronto a usarse en pacientes”, explica a InfoUniversidades el doctor Pedro Julián, uno de los directores del proyecto. Julián se especializó en micro y nanoelectrónica en las universidades de California en Berkeley y Johns Hopkins (ambas de Estados Unidos), y en la actualidad es profesor de la UNS e investigador del Conicet. El pasado mes de marzo fue uno de los ganadores del Premio “Bernardo Houssay” que entrega el ministerio de Ciencia y Tecnología de la Nación, uno de los más altos galardones de la ciencia nacional.
Millones de estos circuitos integran los chips que se utilizan en todos los artefactos electrónicos que son empleados en la vida cotidiana y es por esto que tienen enormes potencialidades en todos los ámbitos de la industria, desde la automotriz hasta la biomedicina.
“En la UNS desarrollamos toda la cadena de valor en la producción de estos circuitos: desde una idea proyecto al diseño específico del integrado”, indica el doctor Pablo Mandolesi, otro de los investigadores del laboratorio de microelectrónica del departamento de Ingeniería Eléctrica y Computadoras de esa casa de estudios. Y aclara que en Argentina no hay tecnología instalada para fabricar este tipo de desarrollos, sin embargo, esto no parece ser un problema para los científicos, ya que envían los planos a Asia o Europa, donde empresas especializadas los fabrican y devuelven a vuelta de correo el integrado sobre silicio.
Una de las aplicaciones que desarrollan los investigadores locales, en conjunto con la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), es la construcción de “nanotubos”, pequeños sensores capaces de detectar virus y bacterias en pacientes, y que contribuyen al diagnóstico médico. También, junto al Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) construyen sensores para medir la calidad del agua con equipos portátiles, que facilitan conocer los resultados en el momento y en el lugar en que se usan.
Para darle proyección comercial a sus desarrollos, los investigadores crearon “Acumine Argentina SA”, una empresa de base tecnológica dedicada a la producción para la exportación de tecnología electrónica spin off de la UNS, el Conicet y la Comisión de Investigaciones Científicas de la provincia de Buenos Aires (CIC).
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Estos trabajos tienen antecedentes de vinculación con otras instituciones de investigación. En 2008 la UNS firmó un acuerdo con pares taiwanesas para potenciar las investigaciones. Según declaró luego de los convenios el doctor Jing-Yang Jou, rector del Sistema Universitario de Taiwán (que reúne a las cuatro universidades nacionales de ese país), y profesor del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Nacional de Chiao Tung (NCTU), “Argentina es un país con gran potencial” en el diseño y la investigación de este tipo de tecnología. Al año siguiente se fabricó el primer chip diseñado por expertos de ambos países, destinado a un sistema inteligente que filmará y procesará al mismo tiempo datos sobre las imágenes. “La cámara podrá captar la imagen de un automóvil en la autopista mientras produce información sobre la patente del vehículo. Hay un equipo en la NCTU que trabaja sobre un proyecto similar al que nos vamos a unir”, cerró el doctor Julián.
El proceso de análisis incluye microscopía y diseño asistido por computadoras.