Un equipo de médicos y estudiantes de la cátedra de Medicina III del Hospital Córdoba encuestó a un grupo de casi 300 personas de distinto sexo para medir, en forma exploratoria, la prevalencia de síntomas de depresión. “Nuestro estudio reveló una alta prevalencia de rasgos depresivos en ambos sexos, siendo significativamente más frecuente en mujeres”, señaló a InfoUniversidades el director del proyecto, Juan Copioli.
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La muestra estuvo conformada por 141 mujeres de entre 26 y 48 años y 149 varones de entre 25 y 47 años de la ciudad de Córdoba. Los resultados indican que el 9,92 por ciento de las mujeres y el 4,02 por ciento de los hombres sufren una serie de síntomas, durante dos o más días por semana, que indicarían el padecimiento de cuadros depresivos.
En muchos países, el síndrome de la depresión es considerado como una problemática socio-sanitaria de importancia creciente, por su alta incidencia y por ser causante de discapacidad funcional y hasta de mortalidad. El diagnóstico de la depresión es muy dificultoso. Puede manifestarse de múltiples maneras: a través de los aparatos respiratorio, digestivo, cardiovascular, o hasta en la piel. Sus síntomas también se expresan de diferentes formas, según la época histórica.
Para el diseño de la entrevista, el equipo de especialistas cordobeses tuvo en cuenta una serie de variables (es decir, los síntomas) tales como: “estado de ánimo deprimido”, “pérdida de intereses”, “trastorno en el sueño”, “aumento de peso/cambio de apetito”, “falta de energía”, “dificultades para la concentración”, “desvalorización personal”, y “pensamiento sobre el suicidio o la muerte”. Estos datos se vincularon a la práctica de algún deporte, al consumo de drogas para conciliar el sueño (ansiolíticos) o de cigarrillos.
Los síntomas que se relevaron fueron tomados del instrumento de análisis más aceptado en la comunidad científica internacional para diagnosticar la depresión. Se trata del DSM IV, que está avalado por la Asociación Psiquiátrica Americana y dispone de una serie de criterios clínicos a tener en cuenta. En base a ellos se confeccionó la entrevista. El DSM IV establece que si las personas responden de manera positiva a por lo menos cinco de estos criterios, el individuo estaría sufriendo un síndrome psicopatológico, que va más allá de una variación normal en el estado de su humor.
El grupo “D”
El colectivo de encuestados que manifestó síntomas frecuentes de sufrir depresión dos o más veces por semana (el 9,92 por ciento mujeres y 4,02 por ciento de los hombres), fue agrupado por los especialistas en un grupo llamado “D”. En estas personas se observó, por ejemplo, que el ciento por ciento sufre síntomas de decaimiento anímico, en ambos sexos. La pérdida de interés por distintas actividades se manifestó mayormente en los hombres (70 por ciento). Las dificultades para dormir aparecieron más en las mujeres (90 por ciento).
Los problemas en la concentración fueron omnipresentes en los varones (ciento por ciento) y un poco menos en las mujeres (87 por ciento). La “fatiga inexplicable” estuvo más presente en las mujeres (72 por ciento contra 57 por ciento), al igual que el sentimiento de desvalorización (67 por ciento y 28 por ciento respectivamente). En tanto que la ideación sobre la muerte fue exactamente igual en ambos sexos (42 por ciento).
Deportes, cigarrillos y sueño
El equipo también se ocupó de medir cómo se relacionaban el deporte, el consumo de cigarrillos y de drogas ansiolíticas con los cuadros depresivos. La práctica deportiva y el ejercicio físico aparecieron como un factor de protección contra la depresión en los hombres, aunque en las mujeres la relación fue inversa.
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A contramano del sentido común, el hábito de fumar se vinculó negativamente en ambos sexos con la presencia de rasgos depresivos. Y si bien los trastornos de sueño fueron más prevalentes en las mujeres, el consumo de ansiolíticos se observó en una proporción similar en hombres y mujeres (algo superior al 30 por ciento).