El abordaje de “las teorías implícitas sobre la relación conocimiento, aprendizaje y pensamiento que se sostienen en el lenguaje” fue el eje central del estudio realizado por la docente investigadora Gloria Vadori. Con esta investigación, la especialista de la Universidad Nacional de Villa María (UNVM) llegó a la formulación de dos teorías que están implícitas en los profesores y repercuten en la práctica docente. La reconocida educadora señaló a Argentina Investiga que la “teoría implícita subsidiaria disyuntiva” y la “teoría implícita instrumental significativa” inciden en la práctica docente y están presentes en la naturaleza del aprendizaje que generan, por lo que “allí radica la importancia de considerarlas en los procesos de cambio educativo”.
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“Todas las personas tenemos teorías implícitas que permiten dar sentido al mundo, a los acontecimientos, a las hechos. En su constitución interviene el conocimiento históricamente elaborado y las experiencias vividas. Son implícitas en diverso grado y pragmáticas; a partir de ellas el profesor puede generar respuestas que considera válidas, homogéneas para actuar en la complejidad de los escenarios educativos pero también pueden tener fuertes inconsistencias en relación con el conocimiento científicamente producido en la temática”, explicó. En su tesis observó, dentro de diferentes niveles representacionales, un nivel que fluye más fácilmente y otro que lleva a profundizar en los supuestos. “Hay que ir buscando el entramado de supuestos ontológicos, epistemológicos y conceptuales que tejen la teoría”, agregó.
Vadori se desempeñó como docente en todos los niveles del sistema educativo, experiencias de trabajo a nivel nacional e internacional que le permitieron profundizar el estudio del lenguaje como instrumento semiótico de aprendizaje en todas las disciplinas. Al respecto aseguró: “Si uno quiere construir conocimiento no puede escindirse del lenguaje, ya que éste trabaja con el pensamiento y el pensamiento es estructurado por el lenguaje”.
La doctora indicó que trabajar la construcción del conocimiento implica “buscar la forma del pensamiento” y esto tiene que ver con la escritura, instrumento semiótico para pensar y desarrollar procesos psicológicos superiores. “Si se piensa que la escritura sólo transporta el conocimiento y se actúa en consecuencia, se estará incidiendo en la naturaleza del aprendizaje; considero que esta es una vía para buscar algunos de los déficits de la educación”, sintetizó Vadori.
La investigación se desarrolló con una metodología cualitativa/interpretativa, a través de la cual se buscó focalizar la particular interpretación que los profesores de las áreas de Biología e Historia, entre otras, daban a la importancia del uso del lenguaje en los procesos de aprendizaje.
A partir de los hallazgos de la investigación, es decir de las dos teorías desarrolladas, la investigadora sostuvo que “el trabajo realizado, en tanto conocimiento y reflexiones en proyección, puede llevar a problematizar y poner en cuestión algunas de las formas de aprender y enseñar; dar visibilidad a la desconfianza sobre la educabilidad de los estudiantes o la confianza aún en la adversidad”.
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El estudio muestra algunas de las prácticas que se generan desde cada una de las dos teorías mencionadas y el impacto que tienen o podrían tener en el aprendizaje de los estudiantes. Además, pone en evidencia la escritura “que encalla” y que a su vez hace “encallar el aprendizaje”; reconoce “los atajos” que en educación se toman en tanto “procesos no conscientes, no asumidos” que ponen en riesgo lo educativo y también recupera las estrategias docentes que en contextos de incertidumbre intentan generar las condiciones de posibilidad para la educación.