Futuros tecnólogos.
Si algo diferencia a un preescolar de la UTN es su educación. Casi emulando lo que sus progenitores realizan en las aulas o laboratorios de la universidad, los alumnos que concurren allí tienen, desde los 3 años, sus primeros acercamientos a la ciencia y la tecnología.
Con técnicas simples, se elaboraron talleres en los que se trabajan temas como el magnetismo, los diferentes estados por los que puede pasar el agua, la electricidad y las técnicas de reciclaje. Para que estos fenómenos resultaran más palpables, estudiantes de Ingeniería construyeron modelos que, a través del juego, permiten a los chicos entender lo que les explican en la sala.
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La directora del jardín, Adriana Paniccia, cuenta cómo abordaron el trabajo: “En la sala de tres años, reconocieron algunas interacciones sencillas, como la electricidad estática a través de la experiencia del peine y el globo. Después, pasamos a la demostración del magnetismo a través de distintos materiales, para lo que usamos una pista de carreras y autos con imanes”. Con la ayuda de manoplas imantadas, los alumnos conducen los coches que compiten. En otra mesa hay virutas desparramadas y los niños se divierten viendo los diferentes motivos que se forman cuando se produce el fenómeno de la atracción.
Otra maqueta representa una granja, en la que se observan los distintos estados del agua y cómo se utiliza para generar energía, darles de beber a los animales y regar las plantas. Y la última, donde hay un foquito, un mini ventilador y una hornalla, se utiliza para estudiar la luz, el frío y el calor, respectivamente.
Hace cuatro años se incorporó una sala de informática, que actualmente dispone de cuatro computadoras e internet, herramienta que los chicos usan para buscar información sobre lo que les cuentan, practicar las letras del abecedario o divertirse con los personajes de Disney.
Otras actividades educativas implementadas son las visitas guiadas a la granja de la Esmeralda y a viveros, para ver de cerca las plantas y los animales; o a los museos, en fechas patrias, para conocer la historia política y social. “Aprenden mejor de las experiencias directas, porque ven, observan y tocan”, comenta la directora.
Los inicios del jardín datan de 1993, cuando el personal de la facultad manifestó la necesidad de contar con un espacio donde dejar a sus hijos mientras trabajaban. Con el apoyo del decano, Ricardo Scholtus, y la asistencia de la Secretaría de Extensión Universitaria, Cultura y Asuntos Institucionales, a cargo de José Santos Carrera, se fue conformando este espacio.
En un principio había un solo turno, con apenas dos salas y nueve alumnos. El tiempo hizo que la currícula fuera creciendo y el espacio, ampliándose, para atender a los 95 niños que hoy concurren a alguna de las salas: lactantes (desde los 45 días de vida), 1, 2 y 3 años, en los turnos de la mañana o la tarde.
En la actualidad, los pequeños reciben clases de música, educación física, artes escénicas, arte integrado e inglés. Además, existe la colaboración de una asesora pedagógica para los proyectos de enseñanza-aprendizaje y de una médica pediatra que brinda asistencia e información a padres y docentes.
Seguros, ante todo
Al tratarse de un lugar donde hay gran cantidad de niños inquietos y de distintas edades es fundamental evitar accidentes. Carrera explicó: “Las medidas de seguridad, si bien no las enseñamos, se las vamos mostrando a los chicos”.
Para garantizar la integridad de todos lo que concurren al jardín, se tuvo el asesoramiento y la ayuda de los docentes que dictan el postgrado en Higiene y Seguridad en el Trabajo en la UTN Santa Fe. Siguiendo sus lineamientos se colocaron barandas y guardacantos en las escaleras, antideslizantes, matafuegos, tomacorrientes y calefactores en zonas altas, alarma, portero eléctrico para controlar el acceso, césped sintético en el patio, protectores flexibles en hamacas, etc. Además, todas las semanas se fumigan las bocas de tormenta y las rejillas para prevenir la aparición de insectos.
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También es frecuente que las docentes del jardín participen en jornadas instructivas, dictadas por especialistas de la misma casa de estudios, sobre los modos de evacuación del edificio y las formas de actuar en caso de emergencia.
Imanes en acción