Desde hace décadas, la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales de la Universidad Nacional de La Plata desarrolla proyectos de mejoramiento genético vegetal en semillas forrajeras, con resultados satisfactorios en la resolución de las demandas de calidad y rendimiento del sistema de producción.
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Entre las líneas de investigación desarrolladas por esta unidad académica se encuentra la del lotus tenuis, una planta forrajera destinada a la alimentación de ganado vacuno. En los últimos años la UNLP logró obtener tres nuevas variedades de esta especie: Aguapé, Nahuel y Nahuel II.
La profesora María de la Merced Mujica, titular de la Cátedra de Mejoramiento Genético y creadora de las mencionadas variedades, explicó a Argentina Investiga que “si bien el lotus se propagó naturalmente en algunos sitios en la Pampa Deprimida, en los últimos años resurgió como una especie muy interesante para aquellos suelos con limitantes agronómicas tales como encharcamiento, sequía, salinidad y alcalinidad”.
La investigadora señaló que “la fuerte presión agrícola sobre los suelos de mejor calidad está desplazando a la ganadería a zonas cada vez más limitantes. Por ello -agregó- la importancia de las variedades de semillas creadas radica en que muestran buena aptitud para la producción de forraje de calidad, resiembra natural, sanidad, buena tolerancia a encharcamiento y tolerancia moderada a salinidad”.
Esta “tecnología genética” es trasladada a la industria semillera, que comercializa y multiplica los logros obtenidos. El vínculo con el sector privado permite la retroalimentación del sistema científico-tecnológico con un impacto en la docencia, en la nueva generación de tecnología y en los servicios de transferencia de conocimientos. Es de este modo que las variedades Aguapé y Nahuel son cultivadas en la actualidad en campos bajos inundables de la Pampa Húmeda en Argentina, y también Uruguay, donde la propiedad intelectual de éstas ha sido protegida.
Desde la facultad de Ciencias Agrarias y Forestales señalaron que “del desarrollo comercial surgen beneficios económicos (regalías) que las empresas pagan a la casa de estudios y éstos se aplican en un reconocimiento a los investigadores para la continuidad de sus proyectos, la formación de recursos humanos en mejoramiento genético y en investigación tecnológica relacionada”.
Mujica destacó que “la obtención de variedades se puede optimizar mediante la adecuada integración de los métodos convencionales con las nuevas herramientas biotecnológicas en un espacio multidisciplinario. Ésta debería ser la estrategia básica para una mayor y mejor obtención de variedades para contribuir a la competitividad del sector agropecuario en un marco de sustentabilidad del agroecosistema”.
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De acuerdo a informes internacionales, Argentina y Brasil van camino a consolidarse como los mayores productores de proteínas del mundo y ambos pueden focalizarse en invertir para la generación de nuevos conocimientos y la integración de herramientas convencionales y biotecnológicas y, de ese modo, optimizar la oferta agroalimentaria del planeta en un marco de sustentabilidad. En este escenario, la transferencia del conocimiento y tecnologías generados puede jugar un rol preponderante.