Desde el 2003 y hasta la actualidad, en la provincia de La Rioja se han conformado numerosas asociaciones u otras formas de organización que nuclean a productores caprinos. Algunas de ellas llevan adelante proyectos en pequeña escala de agregado de valor de productos como quesos, elaboración de conservas, artesanías en cuero, etc. Para el productor cabritero, en tanto, la cría está orientada a la producción de cabrito lechal o mamón de 30-50 días y en menor medida a la producción de leche. Esa leche de cabra pos destete de partos ocurridos en primavera-verano se aprovecha para la elaboración de un tipo de queso artesanal denominado regionalmente “quesillos”.
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Para mejorar la calidad de esa leche y aumentar la producción, Mariana Varas, investigadora del Instituto de Ambiente, Montaña y Regiones Áridas (IAMRA) de la Universidad Nacional de Chilecito (UNdeC) y su equipo de investigadores, formularon un alimento balanceado rico en nutrientes. Se trata de un producto preparado con expeller de soja (aporta proteína), maíz (aporta energía), alfalfa (aporta fibra) y orujo de uva, que es un alimento de la industria olivícola rico en antioxidantes.
Mariana Varas, quien es doctora en Ciencias Químicas con un post Doctorado CONICET en nutrición Animal, comentó a Argentina Investiga que en primera instancia “se evaluó el orujo de uva de torrontés riojano para ver la calidad nutricional del mismo a fin de ser usado como un suplemento en la alimentación animal”. Y agregó: “Considerando que las cabras y las ovejas durante la etapa de gestación y lactancia es cuando tienen mayor requerimiento nutricional, formulamos un balanceado que incluya el orujo de uva como materia prima para disminuir costos de alimentación y adicionamos otros productos a fin de alcanzar los requerimientos nutricionales para estos animales en esta etapa”.
Este suplemento balanceado se probó en rumiantes, ovinos y también en cabras en lactancia. Los animales cuyos propietarios son productores de la localidad de Santa Florentina, La Rioja participaron de monitoreo de la investigación; y que por un periodo de sesenta días se realizó la suplementación en lactantes partir de la parición. Para ellos se las dividió en dos grupos: uno fue suplementado con el alimento balanceado formulado con orujo de uva, mientras que el otro grupo denominado de control, corresponde a cabras cuya alimentación se realizó a través del pastoreo a pastizal.
En ese tiempo se controló la ganancia de peso de los cabritos relacionando, y a la vez, la producción de leche de las cabras. Cumplido el periodo y en la fecha en que se realiza el destete de los animales para la venta de cabritos mamones “iniciamos un proceso de extracción de leche para medir volumen y calidad. Observamos que las cabras que estaban suplementadas producen aproximadamente un 20 % más en volumen de leche que aquellas cabras que se alimentan en base a pastizal natural. Además la calidad de leche es distinta porque la que proviene de cabras suplementadas tienen menor contenido de grasa que las que pastorean solo a pastizal natural” aseguró la investigadora. Y añadió que lo más relevante del análisis realizado en la leche de cabra es que “tiene un menor contenido de grasa desde el punto de vista nutricional”.
“Estos hallazgos son importantes porque abren una nueva perspectiva a futuro de comercialización de una leche que va a ser diferencial y que va a tener una mejor calidad nutricional que aquella leche cuyos animales se alimentan a pastizal natural”, puntualizó Varas.
Señaló además que “se buscó generar una utilización de los orujos de uva desechados por los productores vitivinícolas de manera que impacten no solo en la diversificación de la producción del sector vitícola sino también para el productor cabritero, ya que la utilización del suplemento en la alimentación de sus cabras generaría excedentes de leche de calidad nutricional destacando cómo el orujo de uva impacta en la alimentación de los rumiantes”.
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Cabe destacar que la cría de cabras en la región está orientada a la producción de cabrito lechal o mamón, y en menor medida a la producción de leche por lo que este hallazgo representa un punto de interés para el pequeño productor de la región.