Investigadores de la UNVM observaron que en la región central del país es común la existencia de potreros con alfalfa que presentan sectores con un crecimiento desparejo, a los que se denominan “manchones”. Determinaron que en esa porción de suelo crecen menos plantas, de menor altura, y avanzan las malezas reduciendo, por consiguiente, la presencia de pasto para la alimentación de las vacas destinadas a la producción láctea.
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Los docentes y alumnos que llevan adelante la investigación implementaron una metodología de trabajo que implicó, en una primera instancia, caracterizar el área de estudio, ubicando al suelo en la unidad cartográfica correspondiente, a la vez que, a los fines de definir una situación inicial y obtener valores referenciales acerca del potencial mejoramiento del suelo, se analizaron parámetros normalizados por el INTA.
La hipótesis que manejan los investigadores plantea que el agregado de yeso en el área afectada producirá un reemplazo del sodio de intercambio, modificando la condición físico-química del suelo, a la vez que mejorará la dinámica hídrica y potenciará la disponibilidad de nutrientes para el desarrollo pastoril.
Se estableció que las principales causas del fenómeno son los elevados valores de sodio intercambiable en el suelo a escasas profundidades. Esto genera reducciones en la velocidad de entrada de agua al suelo y una elevada dureza en ellos, provocando alteraciones de los sistemas de raíces y menor disponibilidad de nutrientes. También, en algunas situaciones, el contenido de sales de horizontes subsuperficiales supera los límites tolerables por la alfalfa.
Además existe una presencia de sodio en exceso en los suelos, que genera estados de dispersión coloidal. Esto ocurre porque el sodio, al pegarse a la superficie de las partículas coloidales del suelo, es decir, las menores a 2 micras de diámetro (arcillas), hace que éstas choquen y reboten en forma sucesiva entre ellas. Como consecuencia se generan poros de diámetro muy pequeño y el movimiento del agua se vuelve lento. Del mismo modo, la presencia de calcio provoca la agregación de las partículas (floculación) mejora la porosidad y, por ende, incrementa la velocidad de movimiento del agua.
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El grupo de investigadores, dirigido por la Ingeniera Agrónoma Elena Bonadeo, está integrado por docentes y alumnos de la carrera de Ingeniería Agronómica del Instituto de Ciencias Básicas y Aplicadas.