El hollejo o piel de la uva es una sustancia rica en polifenoles, que son compuestos químicos con propiedades benéficas para la salud. Científicos del Instituto Superior de Investigaciones Biológicas (Insibio), descubrieron que uno de esos polifenoles, el resveratrol, aceleraría la eliminación de colesterol de las células hacia el hígado, en pruebas realizadas directamente sobre la membrana celular. El equipo observó que potencia la acción de la proteína ABCG1, que desempeña un papel clave para disminuir los niveles de colesterol en el cuerpo.
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La investigación se encuentra en etapa de laboratorio, es decir, en las primeras fases, pero de repetirse los resultados en etapas avanzadas y si resultan positivos, el resveratrol podría tener efectos favorables para ayudar en enfermedades cardiovasculares.
Otros grupos de investigación demostraron que el resveratrol y otros polifenoles podían unirse a las membranas de las células. Y se sabía también que el resvertatrol y otros compuestos fenólicos podían ejercer un efecto positivo sobre los niveles de colesterol. Pero lo novedoso de este trabajo es que se unieron ambos conceptos. La proteína ABCG1 se encuentra naturalmente inserta en las membranas y, por lo tanto, la unión de resveratrol en éstas modifica el ambiente donde se encuentra la proteína, lo que induce a su mayor actividad. Como resultado se observa que el resveratrol unido a la membrana potencia los efectos positivos del transporte reverso de colesterol, desde las células hacia el hígado, para su posterior eliminación.
El equipo de investigación está formado por Alejandro de Athayde Moncorvo, quien realiza su tesis doctoral dirigido por el doctor en Biología, Carlos Minahk. Participan otros investigadores del Insibio que se especializan en el estudio de compuestos activos de membranas biológicas. De Ataide Mocorvo publicó su trabajo en “FebsLetters”, prestigiosa revista de biofísica y bioquímica de la Federación Europea de Bioquímica.
El grupo realiza ciencia básica, es decir, hacen pruebas sólo en el laboratorio. En ese sentido, el investigador aclaró que no efectúan estudios preclínicos ni clínicos. Sin embargo, no descarta que otros científicos puedan, a partir de estos descubrimientos, realizar pruebas en cultivos celulares, primero, y en animales de experimentación, luego. “De superar estas etapas, imagino que podría utilizarse en la salud humana para bajar el colesterol en las células, para prevenir o reducir los efectos de la aterosclerosis y de enfermedades cardiovasculares”, señaló a Argentina Investiga. Y agregó que una posibilidad sería elaborar suplementos en base a los desechos de las bodegas o bien potenciar la presencia de esos polifenoles en los vinos. “Al ser compuestos naturales, no deben pasar por los mismos controles que los fármacos sintéticos”, especuló.
Este estudio no tiene financiamiento específico, pero se realiza con el aporte de otros proyectos más generales solventados por el Conicet, la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y por el Consejo de Investigaciones de la Universidad Nacional de Tucumán. En ese sentido, Minahk sostuvo que la investigación recién comienza y confía en que podrán encontrar otros compuestos fenólicos en los vinos, que tengan mayor actividad aún que el resveratrol.
La idea del investigador es establecer vínculos con bodegas regionales como las de Cafayate (Salta) y obtener nuevas líneas de financiamiento, que permitan avanzar en sus conocimientos. “A través de convenios con bodegas podemos ayudar a potenciar la economía regional y desarrollar nuevos productos de valor agregado a partir de los desechos de la industria vitivinícola. La altura donde se cultivan las uvas es muy importante porque cuanta mayor altura hay sobre el nivel del mar, mayor es la concentración de polifenoles. Y las uvas de esta región están a una altura óptima”, concluyó Minahk.
Una proteína clave para regular el colesterol
La proteína ABCG1 es muy importante en el transporte del colesterol celular a las lipoproteínas de alta densidad (HDL), en lo que se denomina el transporte reverso del colesterol. En este mecanismo, el colesterol en exceso es transportado por ABCA1 y por ABCG1, desde las células a las HDL.
Las lipoproteínas, a su vez, entregan este colesterol a las células hepáticas para que sea eliminado por la bilis. Normalmente, hay un equilibrio entre el colesterol que ingresa al cuerpo o que el mismo organismo produce y el colesterol que es eliminado.
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Sin embargo, a veces se produce un desbalance que lleva a tener elevados niveles de colesterol y es en estos casos donde un tratamiento que lleve a un aumento de la actividad de transporte de ABCA1 y/o de ABCG1 podría ser muy beneficioso para la salud.