Hostigamiento, maltrato, filmación y difusión de videos que vulneran los derechos de otras personas mediante el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, forman parte de una serie de acciones violentas existentes en las redes sociales, según define la doctora en Psicología de la Universidad Nacional de Rosario, Valentina Maltaneres, coordinadora del programa “Tramas Digitales”, del ministerio de Educación de Santa Fe.
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Con el objetivo de conocer las percepciones, evaluaciones morales y juicios que realizan los estudiantes de escuelas primarias y secundarias respecto de estas acciones, la investigadora desarrolla el proyecto “Significados de la violencia en la red entre estudiantes de escuelas santafesinas”.
En una primera etapa, indagó la perspectiva de los educadores, a través de una encuesta a 687 docentes pertenecientes a escuelas de la provincia, distribuidas en los cinco nodos: Rosario, Rafaela, Reconquista, Santa Fe y Venado Tuerto. Los resultados dieron cuenta de que una cuarta parte de estos profesores manifestó conocer episodios de violencia que ocurren en escenarios virtuales entre sus alumnos. Los hechos más referidos fueron intercambios de mensajes o contenidos orientados a insultar, hostigar, maltratar, burlar, discriminar tanto a docentes como a compañeros o alumnos de otras escuelas mediante Whatsapp, Twitter o Facebook.
En segundo lugar, apareció específicamente la difusión de fotos (de compañeros, de no compañeros o de docentes) sin pedirles permiso, ya sea sacándolas de sus Facebooks personales o bien tomándolas directamente en la escuela o en otros espacios, y luego interviniéndolas.
En tercer lugar, se ubicó la filmación de peleas y su divulgación en las redes. Vinculado a esto, “los docentes refieren tener conocimiento acerca de que los alumnos usan las redes sociales para organizar peleas con otros”, explicó a Argentina Investiga la doctora. Finalmente, en menor grado, se mencionaron acciones deshonestas tales como robos de celulares o su uso para copiarse en exámenes.
En cuanto a la reacción de los docentes frente a estos episodios, la encuesta arrojó que el 54% expresó haber intervenido con algún tipo de acción. Dentro del abanico de estrategias, la que más mencionaron fue la de “toma de conciencia” a través de la conversación sobre el tema con los alumnos para lograr acuerdos. También hicieron referencia a las reuniones con padres y la implementación de charlas sobre convivencia, diversidad, seguridad y privacidad.
Un 11% de los profesores consultados dio intervención a tutorías u otros programas que lleva adelante el ministerio de Educación, tales como el de Educación Sexual Integral o las Ruedas de Convivencia.
“Sancionar, amonestar o prohibir y llamar la atención individualmente al alumno son estrategias poco utilizadas, así como también dar parte a las autoridades de la escuela, a preceptores y menos aún al equipo socioeducativo provincial por estos temas”, comentó Maltaneres. De manera aislada se mencionaron estrategias tales como hacer que borren los videos, obligar a pedir disculpas al “agresor” por Facebook, reparar de alguna manera el daño ocasionado, transmitirles valores, calmar y consolar a la persona agredida.
“El hallazgo más significativo en esta etapa de investigación fue advertir que de los educadores que admitieron conocer episodios de violencia en las redes de sus alumnos, más de la mitad dijo haber realizado alguna acción al respecto. Vale decir, que no les resultó indiferente”, evaluó la especialista. “Lo más destacado, quizás, sea la ausencia de trabajo institucional de orden preventivo que reúna a docentes y directivos en un mismo espacio para trabajar la temática y definir líneas de acción y formación en conjunto”, reflexionó.
En conclusión, sostuvo que los primeros resultados de investigación no sólo dan prueba de la existencia de la problemática en el contexto de la escuela secundaria santafesina, sino que permiten una primera caracterización de ésta gracias a las descripciones docentes. Los datos obtenidos fueron de suma utilidad para la elaboración de las preguntas y consignas que se realizarán en el transcurso de este año a los alumnos, en lo que constituye la segunda etapa de la investigación.
Tales entrevistas fueron diseñadas bajo la metodología de escenarios también llamados “viñetas”, que son descripciones cortas de una persona o situación social concreta, elaboradas sistemáticamente. Según la psicóloga, constituyen un recurso muy apropiado para identificar de manera más confiable la opinión de los sujetos sobre temas controvertidos o delicados, que las simples preguntas abstractas típicas de los cuestionarios de opinión. Son historias o narraciones hipotéticas alrededor de un personaje central, el cual se encuentra ante una encrucijada dilemática o de conflicto ético-moral. El grupo entrevistado es el que debe resolver el problema propuesto y brindar los argumentos que sostengan dicha solución. Las historias tienen formato multimedial y las entrevistas serán sometidas a procesos de desgrabación y análisis de contenido.
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“Dada la naturaleza y las características del problema de investigación, el presente estudio no aspira a alcanzar representatividad estadística, ni generalizar los hallazgos, sino que se propone generar un conocimiento significativo y en profundidad que aporte a la comprensión específica de la violencia mediada por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación”, sostiene Maltaneres. Y más aún, “pretende ir delineando una nueva agenda de trabajo con los educadores, orientada a repensar el oficio en relación a la formación de ciberciudadanos”, puntualizó.