El juego con los niños resultó eficaz para evaluar su agudeza visual.
El proyecto de voluntariado de esta facultad, denominado “Mirando al futuro para una inserción educativa adecuada”, fue seleccionado y financiado por el Ministerio de Educación de la Nación e implementado por la UNR y el Programa CRECER de la Secretaría de Promoción Social de la Municipalidad de Rosario. Se evaluaron 468 niños con el objetivo de detectar alteraciones visuales y se proveyó de anteojos a aquellos que los requirieron.
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Detectar enfermedades visuales que puedan influir en el aprendizaje se considera primordial para evitar la repitencia escolar. “La evaluación de agudeza visual se debe hacer en diferentes momentos de la vida, sobre todo entre los 4 y 14 años, porque el globo ocular, en el proceso de crecimiento, va cambiando y pueden aparecer vicios de fracción, de refracción y detectarse cuando ya se produjo un deterioro, un retraso o una repetición en el curso de la escolaridad”, contaron a InfoUniversidades María de los Ángeles Zilli y Gladis Linares, directora y codirectora del proyecto.
El origen del trabajo se remonta al 2004 y se basó en la detección y presentación de informes a las instituciones involucradas que eran devueltos a los padres. El financiamiento del Ministerio permitió dar un paso más y no quedarse sólo en la etapa de promoción, costeando la consulta al oftalmólogo y dándole anteojos al 73% de los niños y niñas.
El trabajo requirió algo más que una consulta médica. “Tuvimos que ganarnos su confianza, jugar con ellos, con cartillas de colores, dibujos, para conocer su realidad y luego evaluarlos en forma individual”, afirmó Zilli. Se utilizaron lentes gigantes confeccionados con cartón, letras y números, formas de colores y de diversos tamaños, donde los niños tenían que reconocer los objetos y, de esa manera, el profesional podía conocer el perfil del niño que luego iba a pasar por el test visual, en esta oportunidad, la Tabla de Snellen.
Resultados
En su mayoría, los problemas detectados fueron astigmatismo y miopía, severos en algunos casos. También, se pudo evaluar a chicos sordomudos y afásicos (con problemas para expresarse).
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Esta investigación no sólo permitió el financiamiento de anteojos, sino también dar cuenta de la importancia de los trabajos de promoción. “El profesional debe saber lo importante que es escuchar lo que los padres dicen, atender a las molestias de los niños, como dolor de cabeza cuando miran televisión, ojos rojos, y estudiar lo visual”, aseguró Zilli, aclarando la relevancia de captar problemas que puedan causar fracasos a nivel educativo.