Durante una visita a la Universidad Nacional del Sur (Bahía Blanca) la doctora Marta Rovira, presidenta del Conicet, explicó a InfoUniversidades la situación del organismo.
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“El Conicet está cada vez más cerca de las universidades, porque tenemos objetivos comunes y compartimos gran cantidad de los recursos humanos de ciencia y tecnología del país”, señaló. Acerca de la situación económica de la institución, Rovira precisó que dispone de un presupuesto anual de unos 1.200 millones de pesos y que, desde 2004, se incorporan 500 investigadores y 1.500 becarios por año. “En total, tenemos 7.100 becarios y, como recibimos el dinero prometido por el gobierno, podemos seguir incorporando gente y sosteniendo los institutos. Nuestro país tiene excelentes investigadores que compiten con los más destacados del mundo, prueba de ello son sus constantes publicaciones en revistas especializadas del exterior”, señaló. Y recordó que, hasta hace un par de años, había unos 500 doctores por año, número que ha crecido en forma considerable.
Madre de dos hijos y abuela, la experta en fenómenos solares recibió la herencia del doctor Eduardo Charreau, quien tuvo que recuperar la tarea de ese organismo luego de la crisis de 2001, y de una década de políticas de ajuste. No sólo tiene una larga carrera como investigadora en temas astronómicos, sino que también tiene experiencia de gestión: durante nueve años dirigió el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE, dependiente de la UBA y el Conicet).
Sobre su situación al frente del principal organismo de ciencia y tecnología del país, Rovira expresó: “No sufro injerencias políticas. Nunca estuve en un partido político y la política no es cosa nuestra, sino del Ministerio. Además, nunca me sentí discriminada por ser mujer, y eso que integré numerosas comisiones donde los hombres eran mayoría. Ahora, en el directorio, somos dos mujeres”.
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Consultada respecto al primer tópico -la política científica nacional- la directiva indicó a InfoUniversidades que evitar que se acentúe la concentración de los investigadores en los centros urbanos es una de las premisas del Conicet, que cuenta con áreas de vacancias por regiones geográficas (Catamarca, La Pampa, Corrientes, Chaco, Jujuy, Misiones, Chubut y Tierra del Fuego, entre otras) y de disciplinas. “Por otro lado, nuestro país no tiene definido un programa nacional de ciencia y tecnología aplicado a uno de desarrollo, pero las universidades y el Conicet no lo pueden hacer por propia decisión, sino que debe ser definido por el gobierno. La creación de un ministerio para el sector ya es un paso que nadie había dado”, agregó.