La doctora María Marta Branda de la UNSL integra este proyecto y sostiene que el desarrollo de una vacuna, como cualquier otro medicamento, necesita superar estudios clínicos en humanos, muy costosos y de larga duración.
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El tratamiento actual para la enfermedad es a partir del suministro de nifurtimox y benznidazol. Estos medicamentos pueden producir efectos adversos severos, que muchas veces obligan a abandonar el tratamiento. Por otra parte, la administración de estos fármacos sólo logra curar a niños y niñas pequeños/as a quienes se les puede hacer un diagnóstico temprano, mientras que en las personas adultas, quienes por lo general son diagnosticadas en forma tardía, la enfermedad se transforma en crónica y no es curable.
En este último caso, los medicamentos mencionados no tienen el efecto curativo observado en los/as niños/as, y la enfermedad evoluciona hacia formas severas de megacolon o cardiopatías que conducen a la muerte prematura. Es por eso que existe la necesidad de desarrollar nuevos medicamentos, y la vacuna en la que se trabaja apunta a tratar casos crónicos.
–¿Hay avances en la investigación?
–Sí, en particular, en la fase del diseño de una vacuna basada en la utilización de partículas semejantes al virus (VLPs por su denominación en inglés). Nuestra propuesta es la de utilizar la cápside de un virus de insecto (Triatoma Virus) sin su genoma, como portadora de antígenos de diferentes enfermedades, entre ellas el Mal de Chagas. Esta cápside recombinante se denomina VLP-TrV.
En 2022 realizamos dos presentaciones a congresos (uno nacional y otro internacional) con algunos resultados de nuestro trabajo. En la actualidad, en conjunto con el doctor Diego Guérin del Instituto Biofisika de España y la doctora Pascalita Prosper, becaria postdoc de FONCyT del Departamento de Física de la UNSL, estamos escribiendo dos trabajos para publicar en revistas de impacto internacional.
–¿Se avanzó en estudios con animales?
–El grupo del doctor Marcelo Silva de la Universidad de Rio Grande do Norte de Brasil, en conjunto con el doctor Guérin (ambos colegas de la red Chavax, de la cual formamos parte), publicó el año pasado resultados muy alentadores acerca de la respuesta inmune que despiertan en ratones las proteínas de la VLP-TrV.
–¿Cómo continúan las investigaciones en la UNSL en vinculación con expertos internacionales?
–Continuamos trabajando con el doctor Guérin en el diseño de una vacuna terapéutica contra el Chagas, y también con colegas de la Universidad Nacional de San Martín, que trabajan en el diseño de una vacuna preventiva.
Por otro lado, y en una línea de investigación muy parecida, mantenemos estrecha colaboración con colegas de Brasil, Paraguay, España y Portugal. Muy recientemente hemos solicitado un proyecto de la wellcome trust, en conjunto con colegas de otros seis países que tiene como objetivo diseñar vacunas contra los venenos de escorpiones, también basadas en la misma plataforma de VLP-TrV.
–¿Qué actividades se realizan en la UNSL para contribuir con el objetivo final de crear un prototipo de vacuna contra el Chagas?
–Nuestro trabajo en el Departamento de Física de la UNSL es esencialmente de simulación computacional y bio-informática. La doctora Prosper, becaria post-doc bajo mi dirección, y yo nos encontramos abocadas casi exclusivamente a este diseño. Estas investigaciones son para diseñar la vacuna a nivel molecular, o sea en base a la estructura atómica de las proteínas que constituyen la vacuna, y son necesarias para guiar los trabajos experimentales que llevarán a su fabricación.
–¿El proyecto cuenta con un financiamiento especial?
–Entre 2020 y 2022 contamos con la financiación del proyecto Chavax otorgado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), equivalente a Conicet en España. Desde 2021 y en la actualidad, contamos con la financiación de un PICT Raíces otorgado por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (FONCyT).
–¿Qué opina sobre lo que dicen las organizaciones acerca de que el Chagas es una enfermedad desatendida?
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–Acuerdo con esa opinión, que no es sólo de organizaciones sociales sino también de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tanto la enfermedad de Chagas, como la Leishmaniasis, y otras tantas enfermedades que afectan especialmente a la población campesina de más bajos recursos, son desatendidas. Esto significa que los recursos destinados, tanto en salud como en investigación científica, para mitigar y para prevenir estas dolencias son escasísimos. Teniendo en cuenta que, por tratarse de esta población, el interés económico de la industria farmacéutica para el desarrollo de estas vacunas es muy bajo o nulo, son los estados nacionales los que deberían de una vez por todas dedicar una parte de su presupuesto para estos fines.
