Con la recepción de postulantes a las ayudas económicas, que se extenderá hasta el 3 de octubre, la UNC puso en marcha un ambicioso proyecto, delineado para fortalecer el perfeccionamiento académico de su planta docente. Se trata de la implementación de un plan de becas diseñado para que profesores, de todos los cargos y dedicaciones, designados por concurso o en ejercicio de interinatos con una antigüedad mayor a dos años, puedan culminar sus tesis de maestría o doctorado.
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El esquema se asienta sobre la convicción de que la capacitación de los educadores redundará en una mejora de su desempeño y, por consiguiente, en la formación de los futuros graduados.
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De acuerdo a un estudio estadístico impulsado por la Subsecretaría de Posgrado, de los 6.381 docentes que actualmente ejercen en las aulas de la UNC, sólo 1.853 poseen títulos de posgrado, mientras que otros 358 debieron interrumpir sus carreras de cuarto nivel. Entre las razones, según el relevamiento, figura la escasez de tiempo, dado que un elevado porcentaje se ve obligado a trabajar gran cantidad de horas para cumplir con sus obligaciones y obtener ingresos suficientes. Precisamente, el nuevo sistema procura salvar las dificultades de este último grupo.
Uno de los puntos centrales de la propuesta radica en el establecimiento de los 35 años como edad mínima de los beneficiarios, lo que permitirá abarcar un espectro de destinatarios que quedan excluidos de las restantes becas de formación superior existentes.
A efectos de preservar la rigurosidad en la selección de los beneficiarios, la evaluación estará bajo la órbita de las mismas comisiones que analizan los proyectos científicos subsidiados por la Secretaría de Ciencia y Tecnología de la UNC.
Dado que la finalidad es fortalecer la capacitación de los educadores, una de las pautas que se considerarán al momento de distribuir las plazas es la tasa de graduación de posgrado por área de conocimiento en la UNC, de manera de priorizar aquellas con índices más bajos.
En este sentido, según las cifras elaboradas por la Subsecretaría de Posgrado, las más retrasadas son las ciencias de la salud, donde sólo el 19 por ciento de sus docentes posee título de cuarto nivel, las ciencias aplicadas con un 20 por ciento, y las ciencias humanas y sociales con un 29 por ciento de su plantel con doctorados o maestrías.
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Es importante aclarar que estos resultados no incluyen a los docentes que poseen título de especialista. En este contexto, las mejores ubicadas son las ciencias básicas, donde el 62% de sus profesores ya poseen formación de posgrado, con título de doctor en la mayoría de los casos.