Investigadores del Observatorio de Medios presentaron un informe sobre los antecedentes y las mutaciones del concepto de “voto bronca” empleado por las redacciones una década atrás y en la actualidad. “Vimos cuáles fueron las modificaciones simbólicas que sufrió el término instalado en los lectores/votantes a lo largo de estos diez años y qué significa hoy”, señaló a InfoUniversidades Jimena Martínez, integrante del Observatorio.
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Después de analizar los diarios Clarín y La Nación durante el período que abarca desde junio de 2001 hasta los comicios del 14 de agosto, los investigadores concluyeron que “el llamado voto bronca allá por 2001 no es el mismo que hoy se lee en las páginas de Clarín y La Nación”. “Podemos especular con que los formadores de opinión apostaron nuevamente a una fórmula que se proyectó en los resultados electorales de hace diez años. Hoy, si se apela a la memoria visual, a la libre asociación de los lectores recurrentes del medio, algunas plumas decidieron recurrir a aquel simbolismo. El voto bronca había permanecido vacío de sentido hasta hace poco más de un mes y cobró vida para ser recargado de sentido”, sostiene Martínez.
“Si una década atrás, el voto bronca consistía en votar en blanco, anular el sufragio o no presentarse a los comicios, hoy tanto Clarín como La Nación lo traducen en el voto contra el kirchnerismo”, puntualizó.
Según el seguimiento de los matutinos, el 7 de octubre de 2001 apareció por primera vez en titulación de páginas interiores de La Nación una aproximación al término estudiado. El 15 de octubre de 2001, ese mismo medio enfatizó su constante y analizó en profundidad los resultados electorales a partir del fenómeno del voto bronca. El informe plantea la hipótesis de que a partir del contexto y el resultado de los comicios de 2001 (que registró entre un 15 y 20 por ciento de votos blancos o nulos), “la línea editorial de ambos medios decidió construir, reproducir y popularizar un fenómeno como voto bronca, instalándolo en el electorado tiempo antes, teniendo en cuenta la credibilidad que cada medio poseía en sus lectores”.
En este sentido, la investigación sostiene que “aunque a partir de otro contexto, ambos medios intentan reavivar el término voto bronca”. Pero esta vez el concepto hace referencia a los votos contrarios al kirchnerismo. “El 25 de julio pasado, Clarín intentaba dar lectura propia a los resultados de las elecciones primarias santafesinas” -explica el informe-. “Allí nace el nuevo mito. ‘El voto del campo se hizo sentir’ argumenta respecto de la posibilidad del voto castigo contra la Presidenta luego de los resultados a favor del PRO. El despliegue continúa levantando declaraciones del entorno de Binner, en el que aseguran que ‘el campo volvió a hacerse oír y sentir con el voto bronca’”.
Las observaciones del trabajo realizado indican que en el diario La Nación sucedió algo similar y citan como ejemplo que “el 30 de julio, aventura en uno de sus títulos: ‘Crece el miedo kirchnerista de un voto bronca en la provincia’”. Esta serie de informes busca observar y analizar las coberturas realizadas por los principales diarios del país sobre el escenario político, económico, social y cultural con incidencias electorales, de cara a los comicios presidenciales previstos para el 23 de octubre, además de determinar de qué manera, con qué mecanismos y desde qué lugares la prensa genera o reproduce sentidos comunes en torno a las elecciones y cómo cada medio gráfico construye las figuras de los candidatos presidenciales, las imágenes y proyecciones de cada partido o fuerza participante en el proceso electoral y las tendencias de intención de voto. Para ello, los integrantes del Observatorio analizaron las ediciones impresas de las páginas digitales de los mencionados diarios.
Este es uno de los relevamientos que se realizaron en el marco de un proyecto conjunto con los observatorios de otras universidades para aportar herramientas de información, reflexión y análisis sobre la situación y el comportamiento de los medios de prensa argentinos en torno a las elecciones presidenciales de 2011.
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El informe se realizó utilizando el modelo teórico metodológico llamado Intencionalidad Editorial por el cual se asume su estudio desde de una visión totalizadora, que contemple la relación dialéctica entre los dos componentes fundamentales del proceso periodístico: la objetividad, entendida como referencia a hechos susceptibles de ser confirmados y contrastados a través de diferentes tipos de fuentes; y la parcialidad, entendida como la toma de posición de cada medio frente a esos mismos hechos.