Científicos del Ciquibic que participaron en el estudio.
Único en el mundo que trabaja el tema desde este enfoque, el Centro de Investigaciones en Química Biológica (Ciquibic) de la UNC intenta determinar si al bloquear la proteína c-Fos es factible impedir el crecimiento de los tumores en el cerebro.
“Siempre hicimos ciencia básica, es decir, investigación no dirigida a curar el cáncer de cerebro, sino a conocer cómo funcionan las células. Y en ese proceso hallamos una nueva función para la proteína c-Fos”, explica Beatriz Caputto, directora del equipo de investigación a cargo del proyecto.
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Los investigadores comenzaron a trabajar con tumores humanos que proporcionaban cirujanos de la ciudad de Córdoba y luego con ratones diseñados genéticamente, es decir, roedores manipulados para desarrollar ciertos tumores o síndromes parecidos a los que sufren los humanos. En un primer momento, los científicos les introdujeron tumores que se desarrollaban a los veinte días y que, de no ser tratados en los siguientes 10, provocaban el deceso del animal. “Inyectamos el tumor, lo dejamos crecer seis días y le agregamos un componente que sólo detiene la proteína c-Fos. Bloqueando sólo su producción, el tumor no crece. Efectuamos aproximadamente 15 experimentos y en ningún caso creció. Ahora estamos probando frenar la c-Fos en el modelo de ratón que desarrolla espontáneamente un tumor y también comprobamos que eso evita que crezca”, aclara Caputto.
A nivel mundial, la investigación en cáncer de cerebro no presenta grandes avances en cuanto a su tratamiento porque resulta muy complicado introducir drogas en la barrera hematoencefálica. Y en esto la enfermedad se diferencia de lo que puede ocurrir en otras partes del cuerpo, donde el acceso de fármacos es más sencillo. Las posibilidades terapéuticas que abriría el descubrimiento de esta función de la proteína c-Fos apuntan a mejorar el tratamiento con un nuevo método y un blanco más específico. Esta proteína -que media la actividad en el sistema nervioso central- se encuentra en tumores y no en tejido sano, lo que es muy importante en el sentido clínico si se piensa en obtener blancos precisos donde atacar el crecimiento del tumor. La idea siempre es intervenir en el tejido enfermo y no en el sano. Por eso esta investigación tiene interés terapéutico.
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La directora del equipo aclara que en los experimentos con ratones se bloqueó la proteína en todo el organismo, algo que no es viable en los humanos porque -aunque no está medido- debe existir c-Fos en el sistema sanguíneo, e introducir un bloqueador en todo el cuerpo podría resultar muy agresivo para las personas. Debido a esto, reconoce la necesidad de ser cautos con los resultados. “Uno lee revistas y publicaciones donde todos los días se curan enfermedades en ratones, pero en humanos eso sucede sólo en una porción ínfima de casos. Es un camino muy extenso y complejo, todavía estamos en el laboratorio y no hacemos nada parecido a la clínica”, agrega.