Un equipo de la Universidad logró reproducir, por medios informáticos, uno de los tres originales de registros para fotoliptófono que forman parte de las fuentes directas de esta investigación. Se trata de un hecho sin precedentes en el país, que permite pensar en diversas proyecciones que van desde el campo de la ciencia y la tecnología al de la historia y los estudios de sociedad.
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En el proyecto mencionado se recopilaba información histórica sobre tres sistemas antiguos de registro sonoro: el fonógrafo de cilindro, el grabador de alambre y el fotoliptófono, este último un invento argentino cuya patente data de 1931.
El fotoliptófono imprimía la información sonora en papel común. El objetivo de su inventor, el ingeniero Fernando Crudo, era el diseño de un modo económico de distribución masiva de música y sonidos ya que, por costos y por características físicas, el papel es uno de los elementos más simples de la vida cotidiana. La hoja se enrollaba sobre una especie de gran rodillo, y la reproducción requería de sensores que detectaban el nivel lumínico reflejado por el papel impreso, lo que constituía una suerte de lector óptico que adelantaba en varias décadas a otros sistemas similares.
El inventor creó una sociedad que se llamó “Compañía Fotoliptófono Argentina, SA” para el sostén económico y jurídico de todo el proyecto, y convocó a personalidades de la época tales como Santiago Moreau, el hermano de Alicia Moreau de Justo, quien en una biografía dice: “En mi hermano Santiago no se podía confiar, porque se dedicaba a financiar inventos imposibles”.
Se sabe que en la editorial Julio Korn, junto con las partituras, se vendía la hoja para el fotoliptófono con el tema correspondiente y se estima que hay grabaciones de Francisco Canaro que hasta hoy no fueron halladas. Además, habría varios registros en el Archivo General de la Nación, entre los que se incluye un archivo de la palabra con discursos de personalidades, entre ellos, uno de Juan Domingo Perón.
El registro que pudo reproducirse en la Universidad es el vals “Oro y plata”, de Franz Lehar, interpretado por la “Orquesta Vienesa”. Según indicaron a InfoUniversidades, aunque la investigación comenzó como un tema de audiovisión, el cariz que ha tomado a partir de esta posibilidad de reproducir los registros permite pensar en un proyecto más ambicioso, con la participación de historiadores y especialistas que colaboren con el estudio y la difusión de este invento argentino desconocido para el gran público y aún para profesionales del audio.
En este sentido, el mayor interrogante que se presenta ante este desconocimiento es el porqué del olvido de este sistema de grabación valorado en diversos países del mundo, del cual el diario francés “L’Ouest-Éclair” dijo en su edición del 5 de julio de 1933: “Sus aplicaciones prácticas, de diverso orden, pueden producir una verdadera revolución en la ingeniería”.
En el discurso de don Ángel de Torres e Illescas en su recepción como Académico de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba, del 6 de abril de 1935, el catedrático hace un elogio del progreso en las telecomunicaciones y en el uso de la electricidad: nombra aquí como uno de sus prodigios el fotoliptófono, “invento llamado a revolucionar la industria fonográfica”.
Sin embargo, luego del gran cambio tecnológico de la posguerra, el fotoliptófono cayó en el olvido: muchas personas, incluso, creyeron que se trataba de un mito urbano sin ningún asidero real.
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Uno de los objetivos del proyecto de investigación es la construcción de un fotoliptófono, cuyo destino será el Centro Interactivo de Ciencia y Técnica de la Universidad, “Abremate”, donde se lo podrá ver en funcionamiento. En forma paralela, un grupo de alumnos de Informática de la Universidad está abocado al proceso inverso como tesina de grado: la grabación de sonidos en páginas para fotoliptófono, a través de medios informáticos. En la actualidad, el equipo de la Universidad a cargo del proyecto está encabezado por Jorge Petrosino y Ianina Canalis.