Nota

Universidad Nacional de Lanús - Departamento de Humanidades y Artes

09 de Octubre de 2017 | 8 ′ 46 ′′

Investigación con células madre: recalculando

Argentina Investiga conversó con dos filósofas que debaten sobre el rol ético de la ciencia en la investigación con células madre. Sobre esta temática presentaron una ponencia en el IV Congreso Iberoamericano de Filosofía de la Ciencia y de la Técnica en Salamanca. Soslayan motivos epistemológicos y vinculados a los derechos humanos; proponen desnaturalizar valores que hoy parecen incuestionables, e invitan a que estos temas formen parte de un debate público más amplio.

Cristina Ambrosini (C.A.), además de profesora de filosofía, docente de posgrado y directora de la Maestría en Investigación Científica, se define como una “todo terreno”. Formada en la Universidad durante la dictadura, su primera inquietud a los 17 años de edad era ser periodista. Pero como entonces no existía esa carrera en la universidad, se volcó a la filosofía: “su primer amor”. Aunque en realidad quería ir a la universidad para, entre otras cosas, “no lavar los platos” concluyó pícara.

Cecilia Pourrieux (C.P.) desde pequeña tiene preocupaciones sociales: “pienso que la filosofía tiene que ser una herramienta, no teórica sino de transformación, y que las ideas al voleo son inservibles”, dice con acento tucumano. En la Universidad, entre otras funciones, coordina el Área de Ética.

Ustedes analizan el rol de la ciencia en el caso particular de la investigación con células madre: ¿por qué es relevante que la epistemología contemporánea reflexione sobre este tema?

C.A.: Nuestro enfoque epistemológico cuestiona la neutralidad científica como un valor. La tradición en esta materia se vincula a las corrientes positivistas y neopositivistas. Ellos distinguen entre hechos y valores como una dicotomía. Para ellos, la ciencia se ocupa de hechos y los enunciados científicos refieren a éstos. Y los valores forman parte de otra dimensión que no pertenece a su campo disciplinar. Así, un científico debería ocuparse de las células madre, de definirlas y observarlas en el laboratorio, pero la dimensión de si son valiosas para la sociedad no pertenece a su área de conocimiento. De ello se ocuparán los tecnólogos, los políticos, los parlamentarios y la sociedad. De todo este andamiaje conceptual nosotros nos distanciamos porque sirve como máscara para la instrumentalización de la ciencia. Y eso es algo de lo que el neoliberalismo se apropia. Pero, afortunadamente, hoy existe una batería de autores que discuten con esta tradición, a pesar de que esta corriente tiene una fuerte presencia social. Obviamente, la ciencia es buena, pero hay que ver también sus aspectos oscuros y sustraídos al debate social. Tenemos que ser activos en las políticas tendientes a orientar la investigación científica con cierta claridad de criterios, y que éstos sean discutidos en el seno de la sociedad.

¿Encuentran algún obstáculo ético en el avance de la investigación con células madre?

C.P: El avance del conocimiento no es independiente de las cuestiones morales o sociales. Su rigurosidad y objetividad no lo vuelve incuestionable. Acá hay un falso antagonismo que se sostiene con premisas como que la ciencia encuentra en la ética una gran muralla, un gran impedimento para poder continuar en su avance. Pretendemos despejar estas falsas dicotomías. Además, sí hay un problema moral o ético del cual ocuparse, y es que estas investigaciones no cercenen los derechos humanos básicos, como la igualdad de acceso. Esa es la cuestión moral de fondo que implica también la investigación con las células madre.

Para aclarar al que aún no lo sabe, ¿qué son las células madre y con qué fines se las investiga?

C.P.: En los ´80 tuvimos las primeras noticias de las células madre con la clonación de la oveja Dolly. Entonces, el debate que surgía era si la investigación con estas células debía ser con fines reproductivos o terapéuticos. Dolly abría en el imaginario la posibilidad de clonar seres humanos, pero el tiempo demostraría que esto era inviable. Pero sí marcaba a fuego la posibilidad de curar enfermedades. En el marco de nuestra ponencia, ponemos el foco en la capacidad de renovación de las células madre y en su potencial de tomar la función de otros órganos. He aquí el oro de estas células.

¿Cómo es el proceso de colecta?

C.P.: El más difundido es la investigación en torno al cordón umbilical como fuente de producción de células madre. La colecta se realiza durante el parto, en unos segundos muy precisos. Se separa un segmento del cordón y con él se desarrolla el cultivo de estas células.

¿Hay muchos bancos de almacenamiento en la Argentina?

C.P.: Existe una iniciativa pública que funciona en el Hospital Garrahan, pero han proliferado muchas ofertas privadas, debido a que la colecta implica un mecanismo muy sencillo. Las células se criopreservan, entonces sólo se necesita de nitrógeno líquido para mantenerlas en frío.

¿En qué casos clínicos está demostrada la efectividad de los tratamientos a partir del uso de células madre?

C.P.: No soy ni bióloga ni genetista, pero puedo citar lo que dice la Comisión Asesora en Terapias Celulares y Medicina Regenerativa del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación sobre este tema. Para los casos de trasplante de médula ósea la eficacia de los tratamientos está científicamente comprobada, pero para los demás casos su efectividad está en proceso de investigación. Esto significa que no está comprobado para enfermedades como la diabetes, Parkinson y Alzheimer, tal como se prometió a principios de los ´90. Pero sí en enfermedades hematopoyéticas que pueden ser curadas a través del trasplante de médula y, en estos casos, el banco público juega un papel fundamental.

Dado que hay muchos bancos privados: ¿podemos afirmar que existe un abismo entre el acceso democrático y los avances científicos?

C.A.: Nos convoca la ética y pensamos que es interesante abordar este problema desde la interdisciplinariedad. Así, lo que hay que debatir son los intereses que hay detrás de una investigación y qué es que lo intenta solucionar como problema social. Para ello hay un obstáculo de conocimiento que tenemos que levantar, porque pensar que las innovaciones científicas son siempre buenas no nos lleva a buen puerto. Esa imagen bien pensante de la ciencia hay que ponerla entre paréntesis. Hoy es un hecho que existe una empresa tecnocientífica. Esto nos obliga a abrir un marco reflexivo que abarque las innovaciones que se lanzan al mercado. El problema en sí no es que haya un interés detrás de la producción científica, sino revisar cuál es ese interés, porque la investigación no debería ampliar la brecha de la desigualdad, y esto es lo que está en juego en este debate. Además, estas investigaciones con las células madre tienen una fuerte presencia en la sociedad y crean expectativas como solucionar enfermedades, pero algunas curables, otras no tanto. Lo cuestionable es que bajo esa ilusión puede haber un uso espurio por parte de sectores privados.

¿Por qué es importante que el patrimonio científico esté bajo el control del Estado y que la ciencia se desarrolle en función de los hombres y no de las ganancias?

C.A.: En la pregunta se evidencia que no sólo es necesario un debate ético, sino también político. Lo único que puede protegernos a las personas de a pie es una normativa sancionada por el Estado. Una sociedad anómica donde la ciencia es apolítica, progresa por sí misma y nadie puede ponerle algún impedimento, nos lleva directo a la despolitización. Hay que resistir ese camino, que a largo plazo deja desprotegida a la sociedad. Se necesita la politización y un debate parlamentario para que el Estado regule. Sino, el acceso a la salud no está garantizado porque crea una brecha entre quienes pueden pagar y el resto de las personas que no.

C.P.: Coincido con Cristina, pero hoy, a pesar de que existe una regulación para el caso, hay muchas zonas grises que son aprovechadas por los intereses privados. Entonces, más que nunca es necesaria la participación de los ciudadanos. Por ello, exigimos debates públicos sobre estos temas. Sólo estos debates ayudarán a sacar a la luz estas problemáticas.

Producción Periodística:
Valeria Pujol Buch

Responsable Institucional:
Marcela Repossi
Valeria Pujol Buch
Universidad Nacional de Lanús

Secretaría General, Comunicación
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www.unla.edu.ar


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