La prevención y cura de la malaria depende de un número limitado de drogas que no son lo suficientemente adecuadas. Investigadores de la Cátedra de Química Física descubrieron la “Artemisinina” y el “Yinghaosu”, dos peróxidos naturales que tienen actividad antimalárica potente. Los peróxidos son sustancias que contienen el oxígeno en estado de oxidación.

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Según establece la Organización Mundial de la salud (OMS), la malaria -también llamada paludismo- es causada por un parásito denominado Plasmodium que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. En el organismo humano, los parásitos se multiplican en el hígado y después infectan los glóbulos rojos. Entre los síntomas de la enfermedad se destacan la fiebre, las cefaleas y los vómitos, que generalmente aparecen 10 a 15 días después de la picadura del mosquito. Si no se trata, la malaria puede poner en peligro la vida del paciente en poco tiempo, ya que altera el aporte de sangre a órganos vitales. En muchas zonas del mundo los parásitos se han vuelto resistentes a varios antipalúdicos.

El logro de la investigación radica en que los especialistas sortearon un factor vital: la falta de solubilidad de ambos peróxidos. Efectivamente y tras años de experiencia, se logró transformar en sal la sustancia Diperóxido Ácido de Glutaraldehido. Este avance es determinante, ya que ambos peróxidos, al no poder ser diluidos en agua, sólo en aceite, impedían su manipulación en el laboratorio y en la elaboración de fármacos.

Jorge Romero, uno de los autores del proyecto, explicó: “La fórmula hallada transforma el peróxido en sal y la hace soluble en agua. Falta determinar si existe toxicidad y si efectivamente tienen acción concreta contra la malaria. De ser así, podría usársela para elaborar compuestos antimaláricos”.

Los investigadores avanzarán en la búsqueda con el fin de comprobar la toxicidad de la sal sódica hallada, así como si actúa como reactivo frente a la malaria. Esta instancia no pueden concretarla en la UNNE, de manera que lo harán en otros ámbitos científicos que vienen trabajando sobre peróxidos.

“Nosotros no hallamos ningún remedio, sólo sintetizamos una sustancia que actuaría como reactivo, pero falta determinar si existe toxicidad y si efectivamente tiene acción concreta”, aclaró Romero.

Los estudios del grupo de investigación abarcan no sólo los fines antimaláricos de los peróxidos sino otras potencialidades de esa sustancia de estudio no muy reciente. Se destaca su comportamiento como sustancias oxidantes que pueden contener a otros componentes químicos.

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“Los peróxidos cíclicos constituyen una familia de compuestos con interesantes propiedades fisicoquímicas, lo cual ha atraído la atención de diversos grupos de investigadores. Nuestra investigación se ha enmarcado en esa línea de nuevos aportes sobre peróxidos”, expresó.