El estudio realizado por la docente investigadora Sara Fernández aportó un dato inédito sobre la especie Molle (Schinus L.), tras efectuar el análisis anatómico ontogénico del mismo.
La investigadora analizó seis especies de árbol de la familia Anacardiaceae Lindl haciendo hincapié en los aspectos morfológicos y anatómicos. También se dedicó a evaluar las posibles alteraciones estructurales y ultraestructurales en ejemplares que se desarrollan en áreas impactadas por derrames de petróleo.
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Por su parte, la directora de tesis, María Agueda Castro de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, de la Universidad Nacional de Buenos Aires (UBA) brindó asesoramiento hacia la potencial utilización de estas especies en proyectos de conservación y recuperación de zonas áridas y semiáridas de la Patagonia, sometidas a la progresiva desertificación.
Se obtuvieron datos novedosos sobre el género Schinus, y de seis especies de la misma familia: S. johnstonii., S. marchandii, S. fasciculatus var. arenicola , S. roigii, S. o´donellii y S. patagonicus, distribuidas en el área patagónica y que en los últimos años habrían sufrido una importante disminución en el número de ejemplares.
A partir de estos resultados es posible delinear estrategias de control del impacto ambiental tendientes a la preservación de la vegetación autóctona, teniendo en cuenta que la reducción detectada en estos ejemplares estaría vinculada a la intensa acción de la práctica minera, petrolera y vial que inevitablemente repercuten en la dinámica poblacional de la estepa. En este sentido, se comprobó la tolerancia del género Schinus marchandii al proceso de remediación inicial de suelos empetrolados, constatándose que los ejemplares permanecían en pie.
En otro aspecto, el hombre de campo también hace uso de esta planta que tiene alto valor forrajero y suele emplear como leña, al igual que en trabajos artesanales. Tampoco hay que olvidar a los animales que gustan de alimentarse de los rebrotes y frutos, en especial los ovinos, caprinos y ñandúes, así como las liebres y los roedores.
La altura aproximada de esta especie es de tres metros y presenta porte de árboles o arbustos. Posee ramas espiniformes como también abundante follaje y de las hojas se extraen los aceites esenciales. Las flores son de color amarillo y aparecen en septiembre. Los frutos, de color violeta, comienzan a madurar a mediados de octubre.
Otro aspecto relevante de la investigación indica que los “matecitos del molle”, como es la denominación popular para referirse a las agallas leñosas (cedicios) y que suelen confundirse con los frutos, se tratan en realidad de la acción del insecto lepidóptero Cecidoses eremita Curtis; y cuando en el caso de agallas foliares blandas actúa el homóptero (Psyllidae).
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La licenciada Fernández empleó una técnica propia para realizar los estudios ontogénicos sobre el proceso de formación de agallas. Por lo tanto, constituye un aporte inédito para la evaluación de posibles alteraciones en el crecimiento de ejemplares afectados por el insecto parasitario y aporta datos útiles para el diseño de estrategias de control fitosanitario de las poblaciones en riesgo de las especies del género Schinus.