Universidad Católica de Cuyo - Facultad de Ciencias Médicas
25 de Abril de 2011 | 3 ′ 11 ′′
Desde hace tres años, científicos investigan los efectos preventivos que pueden tener los agentes antinflamatorios y antioxidantes presentes en el aceite de oliva extra virgen sobre ciertas proteínas cerebrales. Estas proteínas son afectadas por estrés oxidativo, una de las causas reconocidas del Alzheimer, e intervienen en funciones cognitivas como la memoria y el lenguaje. Los resultados obtenidos a escala de laboratorio confirman la hipótesis de los investigadores.
Un equipo de trabajo dirigido por el investigador Martín Bruno busca respuestas a los interrogantes que plantea la enfermedad degenerativa neuronal conocida como “mal de Alzheimer”. Los investigadores analizan los efectos beneficiosos antioxidantes y antinflamatorios de algunos de los componentes presentes en el aceite de oliva extra virgen, incluyendo los polifenoles. El estudio de los efectos preventivos que estos componentes pueden llegar a brindar sobre proteínas cerebrales que participan en funciones cognitivas es el principal objetivo de este proyecto.
Diversos estudios epidemiológicos fueron realizados en la última década con el objeto de identificar posibles factores de riesgo para la enfermedad de Alzheimer. En este sentido, la dieta y el estilo de vida, entre otras cuestiones, se vinculan a un mayor o menor riesgo de desarrollar y padecer la enfermedad.
Las causas definitivas que llevan a sufrir la forma esporádica (es decir, no genética, que incluye al 95% de los casos) del Alzheimer no han sido dilucidadas aún. El daño oxidativo neuronal es uno de los primeros cambios observados, cuando se lo compara con otros aspectos de la patología característica.
Se demostró que el cerebro de una persona que padece Alzheimer está expuesto en forma crónica a estrés oxidativo durante el transcurso de la enfermedad. Este daño oxidativo se observa en proteínas localizadas en las células (neuronales y no neuronales) sólo en zonas cerebrales afectadas por la patología y ausentes en cerebros de personas sin deterioro cognitivo, utilizadas como control. El aumento en los parámetros de estrés oxidativo en pacientes diagnosticados en una etapa previa al Alzheimer indicaría que el daño que produce puede ser uno de los primeros eventos en la progresión de la patología y es reconocido como un agente causal de la enfermedad.
Además del efecto antioxidante de los polifenoles presentes en el aceite de oliva que se han descrito en trabajos recientes, se encontró que la presencia de oleocanthal le confiere al aceite características antinflamatorias y neuro protectoras. Para analizar estas propiedades, los investigadores emplean ratones modificados genéticamente que desarrollan la enfermedad y los tratan con aceite de oliva extra virgen como suplemento en su alimentación diaria. De esta forma, aspiran a dilucidar los efectos y mecanismos moleculares que podrían conferirle al aceite de oliva una propiedad preventiva contra la enfermedad.
Bruno señaló a InfoUniversidades que los resultados preliminares obtenidos son muy alentadores, dado que pequeñas dosis (equivalentes en humanos a sólo dos cucharaditas diarias en forma crónica) aportarían efectos beneficiosos para las neuronas a largo plazo.
Eduardo Tello
prensa@uccuyo.edu.ar
Una variante genética que está presente en el 85% de nuestra población brinda mayor protección contra la bacteria Mycobacterium tuberculosis. El hallazgo, efectuado por un equipo multidisciplinario de investigadores, también muestra que esa variación genética protectora no discrimina por sexo o por etnia.
El 76 por ciento de los cordobeses proviene, por línea materna, de antepasados nativoamericanos, y aproximadamente el 15 por ciento pertenece a un linaje local y propio de América, que se habría desarrollado específicamente en la región central de Argentina hace miles de años. Así lo demuestra evidencia hallada por científicos del Instituto de Antropología de Córdoba (Idacor) dependiente de la UNC y el Conicet, a partir del análisis de muestras genéticas actuales y antiguas recogidas en 20 localidades de la Provincia durante los últimos 10 años.
Sergio Scrimini estudia el comportamiento de las células responsables de esta patología pulmonar, que es progresiva y potencialmente mortal.
El material presente en la punta de los lápices puede servir para identificar aminoácidos, pequeños bloques que conforman las proteínas. De ese modo, se puede conocer, por ejemplo, el origen de ciertas enfermedades genéticas.
Investigadores del CONICET y la UBA diseñaron una molécula que combina tres proteínas y que podría servir para el desarrollo de vacunas. Este logro se debe a combinar las características de tres antígenos del parásito Trypanosoma cruzi, sustancias que desencadenan la formación de anticuerpos y que serían los encargados de inmunizar a una persona contra el mal de Chagas.
Un estudio permitió determinar que los niveles de estas moléculas hechas de proteínas y grasa se relacionan con lesiones que involucran las arterias coronarias. La investigación combinó estudios genéticos, imágenes cardiovasculares de última generación y evaluación clínica de cada paciente.