El contexto de trabajo es un espacio que puede provocar tensiones, preocupación e incertidumbre como consecuencia de la demanda excesiva o la percepción de falta de recursos. La ansiedad normal posee efectos dinamizantes en el área del trabajo, impulsa a la acción y resulta productiva.
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Sin embargo, la presencia de síntomas de ansiedad es una amenaza para las habilidades, la viabilidad de objetivos y el posible éxito del sujeto en el ámbito laboral. Si supera ciertos umbrales, la ansiedad laboral puede tener consecuencias negativas en la vida del trabajador, afectar su nivel de productividad, su habilidad para conseguir, mantener y crecer en un puesto de trabajo, entre otras.
Con el propósito de estudiar los niveles de ansiedad en el ámbito del trabajo y su relación con el recorrido laboral, un equipo de investigación del Instituto de Ciencias Sociales y Disciplinas Proyectuales de la Fundación UADE, liderado por el doctor en Psicología Daniel Bogiaizian, estudió a 241 trabajadores activos de la Ciudad de Buenos Aires y el Área Metropolitana, de diferentes rubros y profesiones.
Del total de la muestra, un 8,3% alcanzó niveles significativos de ansiedad en el ámbito laboral, un porcentaje alto en relación con otras poblaciones de trabajadores estudiadas (por ejemplo, Canadá o Estados Unidos, Sanderson & Andrews, 2006). Esto sugiere que casi uno de cada diez trabajadores encuestados reportó niveles de ansiedad problemáticos durante la realización de sus tareas laborales, condición que hace posible que se afecte su bienestar personal y sus niveles de productividad en la organización.
Los resultados revelaron que en la población general de trabajadores la ansiedad laboral disminuye a medida que aumenta la edad y la experiencia laboral. Esto sugiere que la edad y la experiencia protegen al individuo contra la afectividad negativa y tienden a disminuir los niveles de ansiedad que pueden llegar a ser problemáticos. Se halló también que el subgrupo etario de 18-24 años reportó mayores niveles de ansiedad laboral global en forma significativa.
Otro hallazgo fue que dimensiones más generales de la personalidad como el neuroticismo (la tendencia a experimentar con más facilidad emociones negativas) se relacionan con los niveles más altos de ansiedad laboral.
La edad y la experiencia laboral parecen ser dos factores importantes. En efecto, las experiencias vitales tienen un rol central en la construcción de la afectividad del individuo. La evaluación de los momentos en los cuales el sujeto puede estar más vulnerable a la sintomatología ansiosa y, por ende, al posible desarrollo de problemas vinculados a la ansiedad, puede resultar en un aporte a la calidad de los trabajadores en general.
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Estos hallazgos subrayan la importancia de reconocer la problemática de la ansiedad laboral como un campo de estudio e intervención en sí mismo. En tal sentido, el doctor Bogiaizian señaló a Argentina Investiga que “el primer paso es identificar grupos más vulnerables, para así poder diseñar estrategias específicas que reviertan los efectos debilitantes que puede tener la ansiedad en el bienestar del individuo y el correcto funcionamiento de la organización laboral”.