Con muestras genéticas registradas se facilita el trabajo de la justicia.
Los científicos, a partir de técnicas de biología molecular llamadas marcadores genéticos, tipifican el ADN, por ejemplo del pelo, cuero, restos de carne o huesos de animales que hayan quedado en el campo o en establecimientos luego de la faena clandestina. Y de este modo, las autoridades judiciales y la policía pueden comparar esos resultados con el perfil genético de los cortes de carne que se venden en una carnicería en forma ilegal.
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En el caso de no encontrarse restos, es posible realizar la comparación con muestras biológicas de la descendencia del animal robado, aunque en estos casos las posibilidades de detección son más complejas.
Desde 2004, a partir de un convenio entre la Universidad Nacional de La Plata y el ministerio de Justicia de la provincia de Buenos Aires, se lleva adelante el Programa Provincial de Prevención del Abigeato de bovinos, ovinos y equinos, que permite investigar la procedencia del ganado ante casos de abigeato.
Un acuerdo con el Instituto de Genética Veterinaria Ing. Fernando Noel Dulout (IGeVet) prevé no sólo la toma de muestras para casos puntuales de robo, sino que incluye la conformación de un banco de datos genéticos que permita la verificación de la identidad del ganado. Esa información queda a disposición de la Justicia y la policía bonaerense, que podrán cotejar los datos catalogados por la UNLP con las muestras genéticas que se recojan del ganado robado, por ejemplo, en una carnicería sospechada de vender esta mercadería.
Cada uno de los productores ganaderos de la provincia puede llevar muestras genéticas de sus animales al Banco, para que en caso de que se los roben tengan cómo cotejar con las reses confiscadas por la justicia. El IGeVet hace más de 15 años que trabaja en estudios de tipificación genética de animales y cuenta con reconocimiento internacional en la materia.
Si bien desde el ministerio de Justicia se aclaró que este Programa no es obligatorio, los funcionarios del área consideran fundamental que los productores agropecuarios y ganaderos se adhieran para hacer más eficaz la lucha contra el abigeato. Es que la tecnología utilizada permite identificar el ganado con una certeza del 99,9 por ciento, de modo tal que la contundencia de la prueba implica un alto poder de disuasión para los que cometen este tipo de delitos.
El vicedirector del IGeVet, Guillermo Giovambattista, indicó a InfoUniversidades que “hasta que comenzó a utilizarse esta técnica de identificación genética, el abigeato era un delito muy difícil de comprobar, y por lo tanto, de combatir”. Al respecto explicó que “cada caso de robo de ganado que resolvemos tiene un doble beneficio: por un lado, el esclarecimiento del delito en sí y por el otro, el efecto disuasorio que genera el hecho de saber que hay mecanismos eficaces para descubrir a los delincuentes. El ADN es una evidencia muy fuerte contra el imputado”.
Poco tiempo después de la firma del convenio entre la UNLP y el ministerio de Justicia, la provincia de Buenos Aires puso en marcha un Programa para la Prevención del Delito en el Campo. Entre otras acciones contemplaba la creación de las divisiones de lucha contra el abigeato en la mayoría de las Departamentales del interior y la creación de las Patrullas rurales.
De acuerdo con estadísticas públicas, en el año 2003 se sustrajeron en el campo 13.301 animales (vacunos, equinos, ovinos, porcinos); en tránsito 1.123 animales (durante su traslado en camiones a distintos lugares, como frigoríficos o campos) y fueron faenados en el campo 2.629 animales en forma ilegal. Esto dio un total de 17.053 animales robados. Cinco años después y con el Programa y las Patrullas rurales en pleno funcionamiento se sustrajeron en el campo 7.213 animales, 20 animales en tránsito y se faenaron sólo 664 animales con un total de 7.897. Es decir, hubo una disminución de casi el 60% en el índice delictivo. De esos 7.897 animales robados, lograron ser secuestrados 2.998. Se cometieron 1.578 hechos y fueron esclarecidos 336 hechos. La intervención del IGeVET resulta clave para la instancia de esclarecimiento de estos episodios. Es que el aporte técnico es indispensable para que la Justicia pueda comprobar y acreditar el ilícito.
Mascotas y caballos de carrera
Utilizando las mismas técnicas de comparación de perfiles genéticos, los investigadores también logran esclarecer casos de robo de animales domésticos y estafas por parte de criaderos de mascotas. De esta manera, por ejemplo, cuando el dueño de un animal sospecha que su perro no es de raza pura o que tiene una enfermedad genética que el criadero no declaró, puede recurrir al IGeVet para realizar los análisis correspondientes.
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En el caso de los caballos de carrera, cuando un animal es sometido al control antidoping y resulta positivo, el dueño del caballo puede recurrir a los laboratorios de la UNLP si sospecha que han cambiado la orina. Lo que hacen los investigadores del IGeVet es comparar el ADN de la orina del animal con el de la muestra positiva.