El desarrollo fue premiado por su carácter innovador.
A partir de biomateriales, un equipo investigadores desarrolla cápsulas de hormonas muy pequeñas que pueden inyectarse en las vacas para controlar su ciclo hormonal y favorecer así la eficiencia de las inseminaciones artificiales. La membrana de estas cápsulas fue diseñada a partir de un material biocompatible que permite controlar la velocidad de liberación de las hormonas.
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“Se trata de una tecnología innovadora en el país y que es acorde a lo que se está empezando a hacer en el resto del mundo”, señaló a InfoUniversidades Ignacio Rintoul, docente investigador y líder del proyecto. Según detalló el joven científico, el mayor beneficio que ofrece el sistema comparado con otros métodos disponibles para controlar los celos -como dispositivos intravaginales- es que al inyectar las microcápsulas el procedimiento es ágil y requiere de un solo paso. Además se puede regular la dosis de acuerdo al tamaño de cada vaca y no deja residuos en el animal ya que se libera el 100 por ciento de la hormona.
El trabajo
“Desde el principio pensamos en tecnología aplicada a veterinaria, lo que significa que los costos que se pueden manejar son mucho menores que en salud humana”, puntualizó el experto.
Emplear un material económico y ampliamente disponible era el primer paso para ensayar la nueva tecnología. “Trabajamos con un compuesto polimérico que permite controlar la liberación de la hormona en el cuerpo”, detalló.
Ahora, los investigadores sintetizan este material en el laboratorio y producen las cápsulas a pequeña escala. Ya evaluaron su funcionamiento en tejidos y fluidos artificiales que simulan el organismo animal con muy buenos resultados. “Hasta el momento se hicieron pruebas in vitro. Lo que sigue ahora es diseñar cómo producir más cantidad de cápsulas para luego probarlas en animales”, explicó Rintoul.
Reproducción programada
Si bien el 90 por ciento de la reproducción animal en el país ocurre sin intervención humana, cada vez existe un mayor interés en estrategias y tecnologías que ayuden a aumentar la producción de carne. En este sentido, controlar el celo es una manera de sincronizar al ganado y lograr mejoramiento genético (utilizando semen seleccionado) mientras se minimizan los tiempos, y por lo tanto, los costos de la intervención de veterinarios.
Naturalmente, las vacas no sincronizan sus celos. “Es una estrategia de la especie para garantizar la supervivencia y lograr superar condiciones climáticas desfavorables”, explicó Rintoul. Que las pariciones de los terneros se den en distintos tiempos implica que es muy costoso, y muchas veces imposible, darle la atención veterinaria óptima. “Si se sincronizan los celos es posible hacer todas las inseminaciones simultáneamente, vacunar a los terneros y programar sus pasturas de manera mucho más eficiente”, destacó.
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La investigación se lleva adelante en el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (INTEC) y se realiza con los aportes de la UNL, el Conicet, el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), la Fundación Nuevo Banco de Santa Fe y la Bolsa de Comercio de Santa Fe.